miércoles, 19 de diciembre de 2007

Intoxicada



- De viajes, hoteles y maletas.
- De imágenes, cámaras y trípodes.
- De eventos, reuniones y talleres.
- De trabajo, teclados y pantallas.
- De informes, reportajes y entrevistas.
- De escritorio, hojas sueltas y facturas.
- De plazas, pueblos y ciudades.
- De edificios, comida rápida y bocinas.
- De celulares, Internet y cabinas telefónicas.
- De autonomías, constituyentes y referéndums.
- De periodistas, medios y dos tercios.
- De desorden, mochilas y cajitas.
- De cables, cd’s y dvd’s.
- De discotecas, pub’s y Alexander.
- De árboles, luces y regalos.
- De despedidas de amigos y colaciones de grado.
- De noches eternas, mirándonos, los dos.
- De Kiko solo, extrañando a sus hermanos.
- De la larga ausencia de mis dos mitades.
Por eso hoy quiero que sea jueves.
- Para asistir al último evento del año.
- Para venir, por última vez, a mi oficina.
- Para comprar los regalos que todavía faltan.
- Para terminar de adornar mi casa para Navidad.
- Para escuchar villancicos y asumir el espíritu navideño.
- Para llegar a casa y quedarme.
- Para comer bien y dormir exageradamente. Dos días sin que nadie me moleste.
- Para saber que, por este año, fue suficiente.
Y así, desde el sábado 22 de diciembre hasta el 28:
- Reunir a mis dos mitades
- Ir con los dos a todos los parques.
- Arreglar sus bicicletas y pasear.
- Cocinarles sus platos favoritos.
- Compensarlos por el tiempo que los extrañé.
- Sacar todas las fotos, en todas las poses.
- Pasar Navidad en familia, como no hacemos hace tiempo.
- Recordar que somos eso, una familia.
- Cenar nuestra picana, con cuatro carnes.
- Comer panetón con chocolate.
- Tomar vino, sin exagerar.
- Limpiar y ordenar mi casa. Cada rincón y cada cuarto.
- Limpiarla también de las malas energías.
- Preparar nuestros amuletos para recibir el año.
- Escuchar música, a todo volumen.
- Ir al gimnasio, en la nochecita.
- Y en la tardecita a mis sesiones para enflaquecer.
- Para finalmente, terminar mi acondicionamiento físico de recuperación.
Y el 29 y 30:
- Ordenar mi escritorio y mi oficina en mi casa.
- Poner inciensos en todos los cuartos.
- Limpiar los armarios, de todos.
- Regalar lo que ya no usamos.
- Recoger mi nueva computadora.
- Preparar mi nueva agenda.
- Y mi nuevo teléfono, celular y mis bolígrafos de colores.
- Y alistar mi cuaderno de anotaciones para todo el año.
- Revisar todo lo que hice en el año.
Y finalmente, el 31:
- Hacer las compras para la fiesta de año nuevo.
- Hacer mi balance de este año.
- Hacer mis proyecciones de lo que espero del próximo.
- Salir a caminar con mis hijos, al Montículo.
- Tomarme un café conmigo misma.
- Exfoliarme el cuerpo, perfumarme, darme un baño de tina, eterno.
- Celebrar.
Por eso, este fin de año:
- No voy a viajar ni a la esquina.
- No voy a farrear hasta la inconciencia.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Me parto de la risa

UNITEL realizó una encuesta, con la siguiente pregunta:
El Presidente Evo Morales asegura que quiere un Referéndum Revocatorio. Usted votaría por:
1. Que se vaya 17.509 votos
2. Que se quede 24.856 votos
3. No sé/No entiendo 71 votos

Cantidad total de Votos: 42436


La encuesta está disponible en http://www.unitel.tv/resultado_votacion.php

Sip

Sip, me gusta la política, me encanta. Porque la vivo, porque diariamente estoy inmersa en ella, porque no es posible ser periodista sin saber de política y no es posible ser buena periodista sin apasionarse.
Y sip, también soy una apasionada. Me embelesan las buenas polémicas. Me gustan las tertulias con sustancia. Disfruto con una canción bien hecha, "redondita". La boca se me hace agua ante un texto bien escrito. Me gustan los hombres "integrales como la FES", como dijo mi amiga ministra. Y los cafés con vainilla o whisky, bien irlandeses.
Amo el chairo con cueritos de chancho. Me gusta carraspear la garganta cuando como una ulupica bien picante. El vino es mi perdición y, si viene acompañado con una buena charla, mejor. El sexo sin orgasmo no me sirve, ni para jugar. A veces me tomo un tequila, sólo para recordar lo fuerte que es.
Para mí, la vida sin política es desabrida. Es como un gringo bailando caporal. Y la vida sin pasión es una miss bailando cueca, desafina, desentona conmigo. No combina.
Me reconozco cada vez que me indigno ante un acto de racismo o de injusticia. Obviamente, no sería la camarógrafa que filma cómo los unionistas patean a un colla, sólo porque creen que es del MAS. El día en que no me rebele contra eso habré perdido mi esencia.
Y sip, también soy una mujer "de armas tomar". No me gustan los mirones, son de palo. Y no tengo orejas de pescado. Mis ojos se han hecho para ver, y miro. Lo miro todo, como escudriñando. Tengo un espíritu crítico, a mí no me la charlan, como dice mi Escudero.
No pongo en la balanza el qué vas a sacar. Me gusta saltar, a veces sin paracaídas. Y si me hago pelota, me gusta revivir, renacer, renovada. Soy medio guatemalteca, en eso. Me gusta que las cosas se definan, mejor si es a las buenas, pero si no, a las malas o a las balas. No me gustan las medias tintas, los tragos suaves, las indecisiones.
No soy indigenista, soy trotskysta, aunque ya no milito en el POR. No me gustan las sutilezas ni las ambigüedades.
Y sip, soy zurda. Siempre lo fui y eso que escribo con la mano derecha.
Prefiero la wiphala a la banderita verde y blanco. Y no porque me gusten los aimaras, porque mucho, no me gustan, sino porque la multicolor es como nosotros, pluri multis, tuti fruttis.
Y sip, admiro al Che, porque yo también, como él, soy de las que ponen el pellejo. Y también creo, como él, que el hombre nuevo empieza en uno mismo.
Y no creo en el dios de los católicos. Tengo uno propio, sin estatuas y sin culpas. Y además es mujer.
No me avergüenzo de nada. Ni de ser periodista, ni de ser una mamá cursi, ni de trabajar en una oenegé. Y sip, gano muy bien. Al que no le gusta, que se esfuerce un poco más, en lugar de envidiar.
Nunca me quedé sin trabajo y casi siempre me fui con la renuncia bajo el brazo. Me despidieron una sola vez, por suerte, de una tienda en la que vendía chapas para puertas. Trabajo desde mis 16 años, porque no me gusta pedir para mis cigarros. A mis 19 ya era responsable de definir dónde iba la publicidad de Toyota Boliviana y tenía a los medios a mis pies. Un brillante futuro, como se dice, pero la publicidad no era lo mío, simplemente, y también me fui.
No soy de l@s que dicen "no me gusta la política", para ocultar la ausencia de argumentos. Tampoco me adscribo al bando de los que dicen no tener bando, porque "todo es una mierda, porque todos son iguales". Para mí, la vida no puede ser un voto en blanco, que siempre beneficia al ganador. Yo me la juego, aunque el mundo entero esté en desacuerdo. Apuesto, aunque tenga las de perder. Estoy al pie del cañón.
En resumen, no me gusta la oscuridad ni el polvo que hay debajo del catre.
Así que ya lo saben: Sip, me gusta la política.
Ilustración de blog.fmlatribu.com

A esto hemos llegado

Comunicamos a ustedes que la reunión nacional programada para los días domingo 16 y lunes 17 queda postergada por no contar con la seguridad suficiente para poder desarrollarse.

jueves, 13 de diciembre de 2007

Silencio

Mi razón me exige pronunciarme sobre varias cosas y seguramente le haré caso dentro de unos días. A su vez, mi cuerpo me exige descanso. Se acabó mi tolerancia, exclama. Pero como desde hace tiempo he decidido oír más al corazón, he decidido callar.
Mi silencio es un tributo a este pueblo.
Ya habrá tiempo de indignarse. Ya habrá tiempo de protestar. Ya habrá tiempo de conmoverse. Habrá tiempo, también, para llorar. Y cómo no, faltaba más, para reir, a carcajadas.
Mientras tanto, prefiero orar. No hacer nada más, sólo callar. No contribuir a la confrontación, sólo observar.
D.M.: No más muertos, no más enfrentamientos. No más improperios. No más racismo. No más incertidumbre. No más dolor. Por un tiempo con mejores días, que no se nos olvide que todos somos bolivianos.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Una de Chalo

Mamá Daniela:
Hijito, cuando seas grande, vas a ser como el Felipe Camiroaga ¿ya? Así de lindo, así de educado, así de bonito…
Hijito Chalo:
Sí mami, voy a ser igualito que él…
Mamá Daniela bruta hecha la inteligente:
¿O sea que vas a ser periodista como tu mamá?
Hijito Chalo más inteligente que su mamá:
No
Mamá Daniela sorprendida:
¿Por qué?
Hijito Chalo contundente:
Por que quiero pasar más tiempo con mis hijos

¿Alguien sabe de mí?


El último tramo de este año ha sido realmente muy difícil para mí. Después del viaje por las minas, me pidieron que acompañara al Relator Especial de Naciones Unidas para los Pueblos Indígenas en su gira por Bolivia.
Si después de las radios mineras había quedado totalmente cansada, la situación en la que estoy ahora no puede ser menos lamentable.
Y aunque la experiencia ha sido buena, terminé con el cuerpo destruido, pensando en cosas que hacer para poder recuperar la cordura, concentrarme e intentar continuar mi vida normalmente, después de casi veinte días de ausencias que terminaron echando por tierra todas mis rutinas.
Todavía me despierto y no sé bien dónde estoy ni dónde queda el baño. Mi estómago todavía espera comidita casera, a pesar de que ya cociné dos días. Y mi cabeza no termina de acostumbrarse a mis almohadas de siempre. No sé dónde están mis pijamas y tengo libros y hojas desparramados por todo mi cuarto.
El próximo viaje está pensado para la segunda quincena de diciembre y después, por fin, mi merecido descanso.
Mientras tanto, haré lo que tengo pendiente y terminaremos el video sobre la Constituyente. Ayer dormí prácticamente todo el día y hoy armaré el árbol de navidad en mi casita, a la que buena falta le hace saber que no ha sido abandonada, que fue sólo una pausa, que ya estamos aquí para atenderla y quererla como siempre.
Compré inciensos y estoy escuchando mi musiquita. Necesito encontrarme, me perdí en algún lugar entre Chimoré, Potosí y Riberalta. ¿Alguien sabe de mí?

Imagen de www.bligoo.com