miércoles, 26 de agosto de 2009

Un día pesado

Acaba de terminar una conferencia de prensa sobre una entrega de una donación de la embajada de Alemania a la FELCN. Vuelvo a mi oficina y me resigno a quedarme hasta pasadas las once de la noche. Hay CUATRO pilas de papeles que debo despachar hoy. Eso, sin contar los pendientes que tengo, una listita de apenas 64 cosas que están esperando ser atendidas.

Proceso de cambio II

¿Por qué está viniendo tan simpática últimamente? me dijo ayer un Policía. Ah, graaacias Coronel, le respondí yo.
Conteniendo la risa, mi colega Luisa me dijo: Lo que es el proceso de cambio, te pareces al Presidente. Antes los policías lo tomaban preso y ahora él les entrega nuevos edificios. A vos ahora te lanzan piropos, antes te lanzaban gases.

martes, 25 de agosto de 2009

Narcoeconomía y analistas truchos

Ésta es una nota bastante larga, pero les recomiendo que la lean. Pocas veces se ve una respuesta tan lúcida a un majadero.

Dura respuesta del Ministro Rada a informe de Fundación Milenio

"No estamos frente a una narcoeconomía;
estamos frente a un ecogonista"


"No estamos frente a una narcoeconomía, estamos frente a un ecogonista", afirmó el Ministro de Gobierno, Alfredo Rada, al rechazar enfáticamente las declaraciones de Napoleón Pacheco, gerente general de la Fundación Milenio, que en la mañana de este martes deslizó la opinión de que Bolivia se encontraría sustentada en una "narcoeconomía".

Por el flujo de recursos que se manejan yo creo que ya podemos hablar de narcoeconomía, por el enorme impacto multiplicador que tiene esta actividad ilícita. Es muy probable que esta actividad ilícita esté constituyéndose en el colchón de la economía boliviana y amortiguando los efectos de la crisis, aseguró Pacheco al presentar el informe elaborado por la Fundación que dirige.

Pacheco afirma yo creo, es posible, podemos hablar, pero no muestra ningún dato ni constatación basada en evidencia empírica o argumentación científica y mucho menos de carácter económico. Claramente, se trata de una opinión personal y sin fundamento, aseguró el Ministro.

Agregó que no es la primera vez que Napoleón Pacheco y la Fundación Milenio publican supuestos análisis económicos que, al pasar el tiempo, terminan siendo desmentidos por la realidad.

Recordarán ustedes que el año 2008 el señor Pacheco y su fundación indicaron que Bolivia iba a sufrir los efectos de la hiperinflación. Eso no sucedió, pero los bolivianos no encontramos ninguna autocrítica del señor Pacheco sobre esta premeditadamente equivocada predicción. El señor Pacheco también aseguró que durante la gestión 2009, Bolivia iba a vivir los efectos más duros de la crisis económica internacional. Resulta que ya pasó un semestre de la gestión 2009 y los efectos de la crisis internacional no se sienten en el país y tampoco hay una autocrítica sobre este segundo análisis equivocado, dijo Rada.

Él mismo afirma que aunque no existen datos del dinero que genera el narcotráfico es un factor que podría estar influyendo en la economía. Si no hay datos, entonces ¿sobre qué base científica, sobre qué evidencia empírica sustenta su conclusión?, cuestionó el Ministro.

Un análisis político serio tomaría en cuenta los efectos que ha tenido la nacionalización de los hidrocarburos en el flujo financiero de Bolivia, pero éste parece ser un factor que no existe para Pacheco. Hubo crecimiento en las exportaciones. Si sólo atendemos estos dos factores, encontraríamos que los ingresos nacionales han experimentado un importante incremento, añadió.

Si Pacheco quiere hacer política, que lo haga, en realidad hace tiempo que lo hace y con financiamiento de un mecenas que se llama Gonzalo Sánchez de Lozada, quien, como todos sabemos, fue quien fundó esta fundación. Por lo tanto, estamos frente a un ecogonista y no frente a una narcoeconomía; Pacheco no es economista, es ecogonista porque está financiado por Gonzalo Sánchez de Lozada y por ello tiene interés en echar sombras sobre la economía del país, enfatizó el Ministro de Gobierno.

Presenciamos el debut de Pacheco como un experto antidrogas y ya que él se mete en un terreno que no es el suyo, como responsable nacional de la lucha contra el narcotráfico en Bolivia voy a reivindicar no solamente los resultados y los logros que el Gobierno ha tenido en el último periodo en la lucha contra el narcotráfico que son de conocimiento de todos, sino también el enfoque soberano que le estamos dando a esta lucha, aseguró Rada, en alusión al desmantelamiento de varios laboratorios de cristalización de cocaína desbaratados en los últimos meses y al reciente desmantelamiento de un centro de acopio en el que se secuestró más de una tonelada de droga hace unos días en Santa Cruz.

En democracia todos tenemos derecho a opinar, pero yo pido que haya un poco de responsabilidad y un poco de respeto hacia la gente, dijo el Ministro, cuestionando la actitud de quienes a título de analistas políticos en realidad defienden intereses de grupos conservadores.

¿Por qué no nos sinceramos? Me parece muy bien que personas que hasta la víspera estaban fungiendo como analistas independientes, hoy desenmascaren sus posiciones políticas, así como hizo la señora Ximena Costa. Otros deberían seguir ese ejemplo, como el señor Fernando Untoja, que sigue apareciendo en los medios como analista independiente, cuando el domingo pasado estuvo presente en la convención del MNR. Estas personas deben ser consecuentes con la gente que los apoya, aunque sea poca gente. Por ejemplo, ustedes saben que ayer se proclamó la señora Ximena Costa en el cine México de La Paz. Ustedes saben que había muy poca gente, y por eso las cámaras no mostraban planos generales de los asistentes. Calculo que no había más de 150 personas, pero eso no importa. Esa pequeña cantidad de gente merece respeto, confía en esa candidata y no puede ser que los candidatos se hagan proclamar por sus seguidores y a los pocos días anuncien que podrían retirar sus candidaturas para negociar mejores posiciones personales. Eso es una falta de respeto y una inconsecuencia para con la gente, dijo el Ministro de Gobierno.

Bien puesto.

Proceso de cambio I


"Cuando estaba en el gobierno Gonzalo Sánchez de Lozada y su operador político era Carlos Sánchez Berzaín, me tomaron preso en Copacabana y me trasladaron a unas celdas que hay en este inmueble", recordó el Presidente Evo Morales cuando entregó a la Policía Nacional el nuevo edificio del Distrito Policial Nº 1.
"Antes preso en este lugar y hoy entregando un nuevo edificio para la Policía. Eso es el proceso de cambio", agregó en alusión a las vueltas que da la vida.

El pentágono

Siempre odié la Geometría. Me preguntaba para qué cuernos me podría servir saber como se hacen los poliedros y qué sacaba yo dibujando círculos, hexágonos y pentágonos. El transportador y yo nos teníamos una antipatía mutua, pero nos reconciliamos por unos segundos la noche del lunes, cuando le rogamos que nos mostrara cómo $%&*% se hace un pentágono. El muy hipócrita nos dijo que un pentágono es la figura que tiene 72 grados en cada uno de sus ángulos, así lo hicimos pero la figura nunca nos salió.
Así que al Caballero no le quedó otra que ir al Internet y averiguar. Volvió chocho y lo hicieron con mi hija. Yo ratifiqué que odio al pentágono, a éste y también al otro, al del norte.
Bueno, a mi hija la Geometría le sirve para hacer Papanoeles.

La chilindrina masista

Como trabajé desde muy joven, tuve el gusto de comprarme la ropa que yo quise, sin rendir cuentas ni explicaciones a nadie. Después vinieron los chicos y mi vida quedó en pausa tres años, y cuando la retomé, había olvidado el gusto de combinar, de hacer conjuntos, de buscar cosas que realmente me gustaran para vestirme. Hace poco eché de menos ese placer, cuando en una foto antigua me vi vestida con un jean que tenía una rana sobre puesta y que, con sus patas largas, envolvía una de mis piernas y con la otra se abrazaba a mis caderas. Además, tenía un sol, ubicado en un lugar estratégico. Ese pantalón dio mucho de qué hablar.
Recordé también que tenía una chompa roja larga, en realidad era un vestido que yo me ponía con un cinturón a la altura de la cadera. Yo la llamaba la chompa de los piropos y era el as debajo de mi manga para conquistar a algún galán.
Ahora los años pasaron y no tengo otro galán que conquistar que el Caballero. Pero cuando mi hijo, o el mismo Caballero me dicen qué bonita o qué bien te queda, la autoestima se me sube como espuma de cerveza de galón vacío.
Así que decidí volver a disfrutar de la moda, las carteras, los collares y los aretes.
Y registrar cómo me visto, porque pienso imprimir este blog y mirarlo cuando sea viejita junto a mis nietos. Voy a mostrarles cómo se vestía su abuelita cuando todavía era algo joven y guerrillera fashion, como dice Kitty. Éste es el vestidito que estrené ayer:

Sí, soy cursi y ñoña, pero prepárense, porque pondré mis tenidas preferidas cada vez que me las ponga. Total, la oferta de blogs se cuenta por millones.
Un abrazo.

lunes, 24 de agosto de 2009

De candidatos

¿Usted es del MAS?, me preguntó Ximena Costa cuando le pregunté si no subestimaba las demandas de la gente al vaticinar que el gobierno de Evo no duraría mucho. Sí, pero no soy yo quien tiene que justificar su militancia, sino usted, le respondí. La entrevista terminó unos minutos después. Ximena Costa se sintió ofendida porque le cuestioné su supuesta imparcialidad como analista política.
Mírenla ahora, desenmascarada, defendiendo su propio proyecto político. Las bases me rebasaron, dijo hoy, cuando le consultaron por qué se proclamaba como candidata. Yo ahogué una sonrisa ¿Cuáles bases?.
De todas maneras, siempre es bueno tener varias opciones y, si una de ellas es mujer, pues mejor. Pero, por favor, que no venga a decir que recién incursionó en la política, porque haciendo análisis y siendo la vedette de los medios como politóloga contraria al gobierno también hizo política. Lo saludable es que en la actualidad por lo menos lo hace de frente.




¿Y la pelea por la candidatura en el MNR? Al final no sé qué causa más verguenza: si esta camorra proclamatoria o la patada voladora de Sergio Jáuregui en el estadio Tahuichi Aguilera:


Y, quería comentarles, porque al final me dio pena. El otro día encontré a Víctor Hugo Cárdenas parado en una esquina de la Plaza Avaroa, intentando que la gente lo reconozca y lo salude, sin ningún éxito.

Bueno, yo ya tengo mi candidato, así que no podrán contar con mi voto. Otro me vio primero y me conquistó.
Pd. La primera foto de Google, la segunda de la página de Ernesto Justiniano y la tercera de Infolatam.

Construyendo

La madrugada del 4 de mayo una parte del edificio del Distrito Policial Nº 1, en La Paz, se desplomó, ocasionando la muerte de dos efectivos de Policía. Lo más fácil era, con seguridad, volver a levantar las mismas paredes y sentarse a esperar otra desgracia. Pero, en lugar de ello, el Gobierno decidió demoler esta infraestructura y construir en su lugar un edificio de cinco pisos, con 16 dormitorios que tienen una capacidad para albergar a 450 policías y otras condiciones elementales para el desarrollo del trabajo policial.
Es una obra que costó 3,5 millones de bolivianos y es la de mayor envergadura de la última década. Su inmediato antecedente es el Comando Departamental de la Policía de Santa Cruz, construido el año 2000 con fondos propios de la Policía.
Con el rótulo de gastos reservados, los gobiernos neoliberales utilizaron más de 89 millones de bolivianos al año desde 1989 hasta 2005 con el rótulo de gastos reservados, que fueron administrados de manera discrecional, abusiva y corrupta. En total, los gastos reservados sumaron más de 1.468 millones de bolivianos cuyo destino es desconocido por la población. Sin embargo, la Policía no tuvo apoyo alguno en infraestructura, al extremo de que este inmueble se desplomó sobre la humanidad de dos de los efectivos a los que albergaba, recordó el Ministro de Gobierno.
Este lunes, la Policía paceña estrenó el nuevo edificio:

HUTAMI

Por primera vez en muchas semanas, tuve un fin de semana sólo para mí y mi familia sin tener que trabajar. El domingo decidí no salir ni a la esquina y probar dos nuevas recetas; la primera un plato que se llama Hutami, de carne con tocino, arroz con queso y yuca, un plato parecido a éste:

Y la segunda un flan de coco, en la que se me pasó la mano con el coco, pero bueno:


El almuerzo fue un éxito rotundo, no quedó nada, ni para la foto.

Un sábado perfecto

El sábado estaba determinada a dedicar tiempo a los enanos. Ya casi había olvidado lo lindo que es salir con ellos a compartir los regalos de la naturaleza. Así que, después de hacer mercado, tomamos un micro rumbo a Mallasa.
Para comenzar, fuimos al zoológico. Allí, encontramos bellezas como este amigo:
O este otro, que no quiso compartir con nosotros su almuerzo:
Un miembro de la familia Melendres, por asiiii la patanga (pies grandes, en idioma camba):

Éste, que me decía te estoy miraaando, te estoy miraaando:

Y éstas, que posaron para la cámara del Caballero:

También encontramos unos burritos, alguno de ellos muy inteligente:
Y unas llamitas flaquiiiitas, una de ellas muy bonita y también inteligente:

Luego fuimos al Restaurant Los Pescaditos, donde comí el sábalo más grande y mejor pagado de La Paz y donde encontramos un árbol de kantutas. Hacia años que no veía una:

Después de almorzar, fuimos al parque del Sol, donde los tres mosqueteros se divirtieron como locos y jugamos básquet y fútbol:


Y vimos este atardecer, un poco antes de las siete de la noche:



En fin, fotos, diversión y un día de ésos que tanto me gustan.

Si quiero te vendo, si no, no

El viernes había planeado comprarme unos pantalones y terminé escandalizada con la agresividad de las vendedoras, con su grosería y con su imposibilidad de relacionarse con la gente. Cuando puse uno de los pantalones en un mostrador, la vendedora me exigió que los levantara porque ése era su mostrador y no el de la que me vendía en la misma tienda. Confundida los levanté, pero le dije que debía ubicarse, porque vender es una tarea nada fácil para gente de mal humor. De inmediato, las otras dos vendedoras arremetieron contra mí y me dijeron que si querían me vendían y si no, no. Me exigieron que les entregara los pantalones y yo les exigí que me dieran el número de la dueña o dueño de la tienda para quejarme por la mala forma en que tratan a la gente. Me insultaron y yo respondí y, cuando estaba saliendo de la tienda, vino una de las vendedoras y me empujó violentamente por la espalda, haciéndome caer! Yo no podía creer lo que pasaba y me levanté furiosa, pero contuve mis ganas de golpearla. No me imaginé en una gresca con una joven de unos 16 años, totalmente fuera de sí, o drogada, alcoholizada, no sé bien. Mi mamá acudió a llamar a la Policía, que tomó los nombres de las tres vendedoras y me los entregó, para presentar denuncia por agresión física.
Cada vez que pienso en el incidente, y en mi codo y rodilla izquierdos hinchados, vuelvo a sorprenderme por la agresividad de estas niñas. Si son así con una compradora, se imaginan cómo serán en su casa, en su colegio? Qué frustraciones cargarán en sus escasos 16 ó 17 años? En qué entorno violento se desarrollan? O sea, qué está pasando?
Reflexioné mucho durante esto el fin de semana y decidí no presentar la denuncia. Al fin y al cabo, una cosa lleva a la otra y esta espiral les cobrará lo que les toca pero, les digo la verdad, me he dado cuenta de que, de manera urgente, tenemos que estar más cerca de nuestros hijos y ver qué hacen, qué miran, con quién andan.

viernes, 21 de agosto de 2009

Aguilita voladora

El General Juan José Torres, presidente de la República antes del golpe de 1971, era un militar de la Fuerza Aérea. Su fuerza le había prometido lealtad y compromiso en la defensa del proceso revolucionario que encaminaba el país a partir de la Asamblea Popular.
En función a aquel pacto, Torres, la Fuerza Aérea y la Central Obrera Boliviana, entonces liderizada por Juan Lechín, habían definido un pacto de defensa del proceso revolucionario. Este plan se denominó Aguilita Voladora e implicaba que en una situación extrema de amenaza al gobierno de Torres, la Fuerza Aérea apoyaría al pueblo frente al golpe militar.
Ese momento extremo se dio el 21 de agosto de 1971. El ruido de sables se había escuchado desde unos días antes y había recrudecido aquel aciago sábado. Un grupo de periodistas acudió a la radio estatal, la radio Illimani, para contribuir desde allí a la defensa del proceso revolucionario.
Un poco después de las cuatro de la tarde, los periodistas recibieron el llamado de un dirigente minero, instruyéndoles decir que “aguilita voladora llegará al atardecer”.
Los locutores enmudecieron. Nadie se animó a transmitir el mensaje. Los periodistas decidieron difundir el carnavalito Aguilita voladora, entrañable canción valluna cantada por Los caminantes. La derrota era inminente. Uno de los locutores tomó el micrófono de la radio y comenzó a hablar difundiendo el mensaje acordado. Desde aquellos micrófonos convocó a la gente a salir a las calles a resistir. Denunció la traición. Explicó cómo se hacen las bombas molotov. Ese locutor era Gonzalo Otero. Mi padre.
Minutos después, Aguilita voladora surcó el cielo paceño. El pueblo salió de las barricadas del Laicakota con algarabía, esperanzado. En un segundo sobrevuelo, los aviones ametrallaron a la gente. La traición se había consumado.
Mi padre entró en la clandestinidad. En Cochabamba fue detenido y enviado a los campos de concentración de la dictadura en La Paz. Fue vejado y torturado, hasta que un año y medio después fue exiliado a Ecuador. Al año siguiente, murió.
"Otero, aquel locutor, murió en el exilio, a unos días de haber sido liberado de una cárcel en La Paz. Como él murieron centenares de antifascistas; 18 mil personas sufrieron destierro. Los verdugos y asesinos se van muriendo impunes, pero el olvido no puede domiciliarse definitivamente en la memoria popular y aquel carnavalito vallegrandino sigue estremeciéndonos como hace 38 años: Aguilita voladora, que en tu pecho llevas hilo, dámelo para coser este corazón herido...". Así refleja esta historia una nota publicada hoy en el periódico Cambio, reflejada también en el portal de ABI, en comunica.gov.bo.
Me voy a ahogar la memoria con un vino, aunque sé que mañana, mi memoria despertará ilesa e intacta.Ojalá que la historia sea tan lúcida como ella para contar todo esto a las nuevas generaciones.

jueves, 20 de agosto de 2009

Mi regalo de cumpleaños y Navidad

Hace mucho tiempo que quiero un auto. En realidad, creo que siempre lo quise y no me lo compré por desidia. En alguna ocasión, incluso tenía el dinero en el banco, tomé clases de conducción y no lo compré. A eso me refieron con desidia. Pero el año pasado me lo prometí a mi misma. Y en un almuerzo dije voy a comprar un auto. A los chicos les brillaron los ojos, pero no tardaron los reclamos del Caballero y de la Tuty que me decían la prioridad es tener una casa. Un auto es un gasto. No lo necesitamos, hay otras cosas más urgentes. Los argumentos llegaron a su fin cuando, muy seria, espeté: Les estoy informando que voy a comprarme un auto. Conjugación en primera persona, o sea, un auto para .
El año pasado me cobró cara la altanería, cuando los ladrones invadieron mi casa. Pero me la devolverá en este último trimestre, cuando, encaramada en él y escuchando mi musiquita a todo volumen, me vean circular por la ciudad en esto:


Ya tengo las gafas de sol que completarán el look. Buenas tardes.

martes, 18 de agosto de 2009

¿Me imaginan?

Creen que, alguna vez, peregrinamente, podría estar vestida con un atuendo así?


Saqué esta foto porque lo recordé de pronto. En 1996, estaba pasando por una crisis sentimental y le pedí a mi jefe de redacción de Última Hora que me enviara a algún lugar, porque una canción dice que viajando se fortalece el corazón. Estaba pensando justo en eso, me dijo mi jefe. Te vas al Chapare a acompañar a los UMOPARES en toda clase de operativos. La idea era mostrar a los lectores cómo vivían estos policías, cómo era su vida cotidiana, a qué cosas se exponían, es decir, las típicas notas "de color", como dicen en periodismo.
Partí feliz. Una vez en Chimoré, el comandante de UMOPAR me dijo bueno, usted acompañará a esta patrulla en un operativo terrestre, uno pluvial y uno aéreo. Dormirá aquí y a partir de mañana sale con la patrulla a las cinco de la mañana, es un soldado más.
Puntualmente, fui a formar con el resto de la patrulla -de unos diez hombres y dos mujeres además de la susodicha periodista- con un par de jeans y zapatillas deportivas. Inmediatamente, el comandante de "mi" patrulla echó el grito al cielo. Usted es un blanco fácil! me dijo y yo palidecí del susto. Unos segundos después, una de las policías estaba a mi lado con el uniforme de UMOPAR. Me resistí a usarlo, pero su argumento fue más poderoso que el mío. Usted es una invitada en esta casa. Su seguridad está a nuestro cargo y su blanca polerita llamará la atención, así que o se pone el uniforme o no sale en la patrulla. Vestirme fue un espectáculo. Parecía el enano bobito de Blanca Nieves de lo grande que me quedaba todo. Qué numero calza? me preguntaron. 34 dije yo, y la patrulla estalló en carcajadas. Es que quien no nace para uniformada, no nace no más. No hay botas de ese número, el más chico es 37, dijo la pobre policía. Tuve que ponerme la bota con el zapato adentro. Estaba peor que moreno achachi en pleno monte y tuve que aguantar. No se imaginan cómo pesa ese traje, pero lo que más pesa es el arma que, sumada a la cantimplora, la frazada, la carpa y las municiones, es un espectáculo digno de santo penitente.
La experiencia fue memorable. La Danny uniformada en medio del monte, yendo a investigar pozas de maceración llenas de mosquitos, picada por una hormiga tucandera, alucinada con la alfombra verde debajo del helicóptero y viendo atardeceres hermosos en el río Ichilo, donde dormí escuchando cantar a las ranas.
El día de mi despedida mis penas del corazón se habían ido. Un clavo saca otro clavo, se los puedo asegurar.

Inexplicable



Hace poco estuve en Potosí y pensé que me hubiera gustado visitar a la hermana de un amigo muy querido en esa ciudad. Eso no fue posible, debido a razones de tiempo pero, de todas maneras, me extrañó pensar en ella de una manera así, tan sorpresiva. El domingo, me enteré que la hija de esta persona, de apenas 23 años, falleció de Gripe A, dejando huérfano a un bebé de siete meses. No entiendo estas cosas, me parecen injustas, tristes y muy dolorosas.

Semana 33


Como verán, empecé la semana bastante desordenada y a la mala, en un lunes caótico que encontró a María atascada debido a un derrumbe en su pueblo y
yo partida en miles de pedacitos, entre mi casa, el almuerzo, el colegio de los chicos, mi desorden y mi oficina. En fin, este martes comenzamos a reacomodar las cosas.

viernes, 14 de agosto de 2009

Ingrataaaaa, no me digas que me quieeeres, no me digas que me adoras, que me amas, que me extrañas, que ya no te creo naaadaaaaaaaa...Ingraataaaaaaa





Yo cantando a voz en cuello y el Caballero sacando estas fotos que acabo de recuperar junto a otras muchas que les mostraré más adelante. ¿Se nota que es viernes y que volví? Sean sinceros, díganme que sí...

Reconciliación a medias



Estuve revisando el blog y me percaté de que les debo una disculpa. En realidad, desde que encontré mi último trabajo los he descuidado mucho y a eso se sumó que tuve razones que algún día les contaré para no escribir.

El otro día meditábamos sobre la incertidumbre del mañana y, saber que todo es relativo, que la vida corre a pesar de uno y tiene sus propios planes, me ayudó a entender que en realidad mantener algunos temores significaría que quienes me amenazan consiguieron amedrentarme.

Entonces decidí volver a volcarme aquí. Y lo voy a hacer actualizándolos un poco, en la medida de lo posible, sobre qué estuve haciendo.

En febrero conseguí un nuevo trabajo. Al poco tiempo, fui ascendida al cargo de asesora y desde entonces prácticamente vivo para trabajar. Al revisar el blog me di cuenta de que cuando uno hace lo que quiere y lo hace con amor, la carga no pesa, en realidad. Volví a trabajar catorce horas por lo menos tres días a la semana, a veces sometida a mucha presión, pero, al terminar el día me siento bien y feliz.

A diferencia de la anterior vez, los enanos, el Caballero y mi mamá lo entendieron bien y puedo decir, con tranquilidad, que me apoyan. De manea casual, la DM me envió una asistente que se encarga de todas las cosas de la casa, así que realmente puedo entregarme al trabajo sin culpa.

Mi vida se ha reencauzado. Recuperamos el 80 por ciento de las cosas que nos robaron. Nos trasladamos de casa, por seguridad, y hoy estamos viviendo en un edificio, que no me gusta mucho, porque es medio "jailón" -como dice un anterior post- pero que me da la comodidad que necesito y que agradezco.

Hace mucho que no tengo tiempo para leer ni para escuchar música. Mi vida se ha hecho más sedentaria y generalmente termino la semana deseando sacar de alguna manera toda la presión acumulada.

Estoy viviendo un día a la vez, alegrándome cuando termina, llena de preguntas cuando comienza. Me siento cada vez más comprometida con este proceso de cambio y, desde adentro, intento continuar aportando con todo lo que tengo en mí. Ojalá sirva, es mi único deseo.

Debo irme, hay una nueva amenaza de bomba.

martes, 4 de agosto de 2009

Luces de alarma


¿Les dije alguna vez que no aguanto a los poseros?
Pues creo que me equivoqué en el traslado, porque en mi edificio hay cada ejemplar, que es de antología.
Empecemos por los perros, que son los más decentes. Cuando llegamos, todos miraron a Kiko de una manera que no sé cómo explicar. Como por encima de la pata delantera, podrá ser? O por encima del rabo cortado? Bueno, así.
Como me di cuenta de que había algo raro, dije claramente a la inmobiliaria y a la dueña del departamento que teníamos una mascota y que para evitar problemas preferiría que informaran de esto a los vecinos y al administrador. ¿Saben qué me contestó el administrador? “Tendré que hacer un censo de mascotas en el edificio, porque si tenemos sobrepoblación, lamentablemente tendrá que prescindir de su mascota”.
Ahogándome la risa, frente a semejante POSE, con mayúsculas - asumiendo además que había como cuatro perros por piso - le dije muy seria al administrador: Mire, si Kiko no puede entrar al departamento no prescindiré de él, prescindiré del edificio y de usted.
Un día después la dueña de casa me comunicaba oficialmente que, según el censo de mascotas, había espacio para una más.
Tonta de mí que no hice caso a la primera luz roja. La segunda fue que en los ascensores principales no pueden ingresar mascotas, ni bolsas de mercado, ni cargas pesadas, porque son los ascensores del “área social” y para eso está el ascensor “de servicio”. Segunda luz de alarma y no me di por enterada.
Después nos preguntaron en qué trabajábamos. Cuando respondimos, mi marido y yo, que somos periodistas de tal y tal lugar, lo primero que dijeron fue: bueno, aquí no se permiten las reuniones políticas. Ya el semáforo completo.
Cuando pedimos las llaves de la puerta principal, nos respondieron que no, porque para eso había tres porteros.
Cuando fuimos el viernes antes del traslado con una mesa para saumar el departamento -costumbre que compartimos con unos amigos que siempre nos hacen el favor de prepararnos la ceremonia- , hubo un escándalo. Tras que prendimos el brasero vino la dueña del departamento de abajo y uno de los porteros, a decirnos que el humo estaba entrando a todos los departamentos y había mucha queja. El portero, obviamente, nos preguntó ¿qué es ese olor tan raro? Claro, como su perfil aymara es tan poco evidente y puede pasar por húngaro o eslovaco, era comprensible que no sabía qué estábamos haciendo, pero para mí lo inaceptable fue la respuesta de la sabia vecina: Creo que están saumando, eso hacen en el campo.
Desde entonces hasta ahora me he sorprendido varias veces, tanto que a esta altura las luces de alarma ya parecen el árbol de Navidad del Banco Bisa.
La pareja de extranjeros, que entran y salen como si fueran fantasmas. El desdén del saludo matinal de varias señoras y señores de la alta sociedad. El uniforme que obligan a vestir a sus trabajadoras del hogar y la nariz fruncida cuando yo subo al ascensor de uso social con mi trabajadora del hogar.
El colmo fue el viernes, cuando el administrador del edificio me envió una carta diciéndome que los vecinos se quejaron porque atento contra las buenas costumbres del edificio y contra el reglamento, al llevar a amigos a escuchar música y “beber con exageración”. Obviamene, la mentada carta no influirá un ápice en mi comportamiento y no me quedaré con las ganas de decirles: ME CAGO EN TODOS, POSEROS CLASEMEDIEROS. Ni modo, tendre/mos que tolerar/nos un añito y hasta quizá más, si me acostumbro. Un abrazo cordial.