viernes, 28 de septiembre de 2007

Del fracaso de una tesis

El año 2005, Alvaro García Linera difundía una tesis denominada “el empate catastrófico”, según la cual Bolivia se encontraba en una coyuntura en la que la clase dominante había perdido respaldo social y legitimidad y por lo tanto, capacidad para continuar gobernando a pesar de poseer un proyecto político, frente a las grandes mayorías nacionales que, en cambio, habían logrado articularse en grandes movilizaciones populares y callejeras, pero tenían su mayor debilidad en la carencia de un proyecto político.
Ya en el gobierno, García Linera afirmó que el “empate catastrófico” es una situación en la que “lo nuevo no puede nacer y lo viejo no puede morir”. Dijo además, en una amplia entrevista difundida por Nueva Sociedad y citada textualmente por Econoticias el 30 de agosto pasado, que el “empate catastrófico” sólo podría resolverse de tres maneras: que el sector emergente desplace directamente, mediante cualquier medio posible, al bloque anterior; que el bloque de poder antiguo logre derrotar, contener, cooptar o aplastar al bloque emergente o, finalmente, que entre ambos se logre redistribuir el poder.
“Como gobierno hemos optado por la tercera opción. Apostamos a un proceso de redistribución pactada del poder con un nuevo núcleo articulador: el movimiento indígena”, reveló el Vicepresidente en esa entrevista.
Quedó así confirmada su vocación concertadora con el agropoder en oriente y con las fuerzas conservadoras al interior de la Asamblea Constituyente, cristalizada desde la aprobación misma de la Ley Especial de Convocatoria al cónclave.
Pero, como dice la cabecera de este blog, la vida es lo que sucede mientras nos empeñamos en hacer otros planes. Ni siquiera el ofrecimiento de una redistribución pactada del poder logró convencer a la miope oligarquía. ¿Por qué será?
El rumor de que la Asamblea Constituyente ya ha sido desahuciada y está preparándose para su exhalación final ya ha ganado todos los espacios, desde los cafés hasta los taxis y minibuses. Si hasta parece que sólo los periodistas que trabajan en los medios masivos de comunicación no fueron informados. A excepción del Semanario Pulso, que esta semana dedicó varias páginas al tema.
Ya no es Evo 2008, es Evo 2010, dicen algunos masistas. Reforma constitucional vía Congreso, dicen oficialistas y opositores. “Volvió el empate catastrófico”, dicen algunos analistas, como Pablo Stefanoni, en uno de los artículos de Pulso.
Estamos en un callejón sin salida, con la Asamblea Constituyente entrampada en algo tan surrealista como la capitalía. ¡Es que se nos cae la cara de vergüenza! Ojalá estuviera entrampada por algún tema trascendental, como los mecanismos de reversión de la tierra, o la definición de la extensión del latifundio. Quizá algo más económico o el destierro constitucional de cualquier posibilidad de enajenación de nuestros recursos naturales. O el cambio de modelo económico. Por ahí podríamos discutir si nos volvemos o no musulmanes, o si despenalizamos el aborto. Aunque sea, podríamos empantanarnos en las competencias de los regímenes autonómicos.
Pero ése es otro tema. Volviendo a la tesis vicepresidencial, si ni siquiera el ofrecimiento de un poder pactado y compartido logra convencer a la oligarquía, entonces qué la convencerá?
¿No será hora de repensar la tesis?
Me explico. García Linera rescató parcialmente un concepto de Gramsci, precisamente el del empate catastrófico de clases.
Digo parcialmente, porque lo que para Gramsci era el empate catastrófico, para Lenin, Trotsky y Marx era la “dualidad de poderes” y para René Zavaleta era “el momento constitutivo”. Y aquello de que lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer, en ningún momento remitía, según el pensamiento de los grandes teóricos del marxismo, a una tercera opción, en la que lo viejo que no acaba de morir convive moribundo con el recién nacido. Es decir, o lo viejo sobrevive o lo nuevo termina de nacer.
Por eso mismo, la dualidad de poderes es una situación eminentemente transitoria. Parafraseando la teoría, en Bolivia hay dos poderes contrapuestos: el de la oligarquía con su modelo autonómico que pretende perpetuar sus privilegios y el de las organizaciones sociales, que pretende sepultar a esos privilegios.
Para algunos, la Asamblea Constituyente iba a ser el único y último escenario democrático posible para resolver nuestras diferencias pacíficamente. Para otros, era el escenario en el que íbamos a poder refundar Bolivia, haciendo de éste un país más equitativo y solidario, por eso era importante en el proceso de cambio. Para los menos, iba a ser el escenario en el que se iban a formalizar las victorias conseguidas en las calles, en la Guerra del Agua, en las marchas indígenas, en febrero y octubre de 2003 y en junio y diciembre de 2005.
A esta altura, todas esas expectativas han sido rebasadas. La tercera opción terminó aumentando la esperanza de vida de lo viejo, terminó siendo un tónico reconstituyente.
Como enseña la historia, la situación de crisis, la dualidad de poderes, no podrá perdurar indefinidamente y tendrá que resolverse, a favor de la oligarquía o a favor de las organizaciones sociales.
Si las vitaminas que le otorgamos a la oligarquía hacen efecto, debemos olvidarnos de que, fortalecida, actúe con ética y moral. Nos ahogará en sangre y para eso ya está entrenando a los miembros de la Unión Juvenil Cruceñista.
Dice un entrañable amigo: el cambio no se hará sin la férrea resistencia de los afectados, caminando de la mano, en reuniones en el Parlamento o en negociaciones en Palacio de Gobierno. No se hará de a buenas, con consenso.
Por eso insisto en que la debilidad del MAS es la ausencia de hegemonía, por eso afirmo que la hegemonía es una necesidad histórica en este momento y manifiesto mi desacuerdo con quienes piensan que buscar hegemonía es ser antidemocrático. Por eso concuerdo con Stefanoni en que existe necesidad de trasformar la mayoría política-electoral en una nueva hegemonía de largo plazo. En que el Estado no es la síntesis de la voluntad general, sino correlación de fuerzas que es necesario construir.
Porque tengo el convencimiento de que la toma del poder es sólo el inicio del cambio y no es suficiente para garantizarlo.
Pero sobre todo, porque entiendo hegemonía no sólo como la dominación política y el control de todos los poderes de este Estado que se resiste a morir, sino esencialmente como la capacidad de las organizaciones sociales de ser la dirección intelectual y moral de amplios sectores de la sociedad, aspecto que, lamentablemente, su instrumento político está ignorando olímpicamente este último tiempo.

El artículo de Econoticias al que hago referencia se encuentra en la siguiente página web:
http://www.constituyentesoberana.org/3/destacados/otrosdest/mayo2007/290507_1.html
Vale la pena leerlo.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Al borde del abismo, compañeros

Estos días, de hemorragias extrañas que invaden mi cama y mi ropa. Estos días, en los que me río de mi misma y de mi presencia en reuniones políticas sobre recursos naturales.
Estos días, en que la lluvia arrecia en La Paz.
Estos días, en que escucho a Jaime Junaro, conozco personalmente a su hermano César y lo registro como uno de los míos.
Estos días, en que participo de una sorpresiva milluch’ada con un amauta evangélico. En que encuentro en mis sueños al otro César, a ese amigo mío argentino, haciéndome reír como siempre y a su compañera, alias Kitty, llamándonos a ambos a la cordura.
Cuando no tengo a quién recurrir y estoy a punto del desmayo, no sé si por debilidad o por falta de ganas. En que me falta el aire y me siento purificada por el dolor.
Estos días, en que el campamento no se termina de convertir en casa. De comida de pensión, de correteos insulsos pero imprescindibles. De anuncios de viajes y de rupturas de rutinas. De conciertos de Atajo. De enojos de madre y entusiasmos de hijos por papeles teatrales.
Estos días en fin, tan sin raíz y sin mí, quisiera ser como el gobierno y mandar todo a la merde, igual, igualito como está a punto de hacer con la Constituyente, ese sueño que todos soñamos y que perseguimos en nuestras pesadillas, corriendo en un sendero que sólo nos lleva al pozo ciego, al callejón sin salida de la capitalía.
Antes o mañana diría: no compañeros, todavía se puede, todavía se debe. Hoy sentencio: No nos balanceemos, peregrinos, podemos caer.

Imagen de www.margencero.com

jueves, 20 de septiembre de 2007

La "reserva moral" de los cínicos

Esta noticia fue extractada del diario La Prensa en su edición de hoy, 20 de septiembre de 2007:

Basilio Willca, fiscal asignado al caso, dijo en San Julián que los datos recogidos hasta anoche daban a entender que una veintena de jóvenes, supuestos militantes de la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) habían sido contratados el martes en la ciudad de Santa Cruz por el propietario de la hacienda Palmarito y miembro de la comunidad menonita, Jacobo Herschell, y el dueño de una propiedad aledaña para evitar que los colonizadores tomaran por la fuerza un terreno de seis mil hectáreas. Este sector se encuentra a 100 kilómetros de la capital departamental y es conocido por su elevado número de habitantes de origen occidental. Según el fiscal, los comunarios aseguran que por lo menos 3.300, de esas seis mil hectáreas les pertenecen, porque su anterior propietario Jorge Frías Bilbao se las habría donado antes de fallecer hace aproximadamente dos años.

Los jóvenes llegaron al lugar en tres radiotaxis de la empresa Valle Grande y en camionetas particulares. Portaban petardos, palos, manoplas, cadenas y otras armas contundentesy armas de fuego. Atacaron a los comunarios hacia las 06.00 de ayer, pero fueron rechazados. Es en ese momento, contó el dirigente de los colonizadores de San Julián, Florencio Orozco, que se escucharon disparos. Hasta la tarde de este miércoles, la Policía y el fiscal Willca habían contabilizado al menos 16 heridos, 6 de los cuales fueron trasladados, en horas de la mañana, al Hospital Japonés de la ciudad de Santa Cruz.

Como consecuencia del enfrentamiento también se quemó uno de los radiotaxis y una motocicleta. Junto con 16 jóvenes, arrestados por ser parte del grupo agresor, fueron arrestados los tres choferes de los vehículos mencionados. Para controlar el sector, el Comando Departamento de la Policía envió al sector 40 uniformados de una unidad antimotines, quienes también reforzaron San Julián, donde el fiscal todavía tomaba anoche las declaraciones a los arrestados.

A causa del ataque, los comunarios se reunieron hasta las 19.30 y decidieron tomar por la fuerza el fundo en litigio, si es que las autoridades policiales y judiciales no procedían al arresto de Herschell.

jueves, 13 de septiembre de 2007

Nueva arremetida de la oligarquía

Como era previsible, la oligarquía aprovechó las debilidades comunicacionales del gobierno para articularse y organizar una nueva –y quizá una de las más fuertes- arremetida contra el gobierno.
Mandando a los vándalos de siempre a Sucre, tomaron el teatro Gran Mariscal e impidieron que la Asamblea Constituyente continuara sesionando y lograron su objetivo: paralizar el único escenario que tenemos los bolivianos para intentar solucionar las cosas sin enfrentamiento.
La oligarquía nos mostró “su” visión de país, una visión, por su puesto, que ignora por completo a los indígenas. Una visión en la que el mercado es el motor del desarrollo. Una visión que sólo considera legítimas las autonomías departamentales. En fin, más neoliberalismo, más de lo mismo.
Así las cosas, habrá que plantearse el debate con seriedad y firmeza.
Si hemos llegado a ese extremo, el extremo de la polarización y de la confrontación, deberíamos estar concientes de ello. Como en octubre, cuando todos sabíamos que Goni debía irse. Como en febrero de 2003, cuando sabíamos que el Impuestazo no debía prosperar. Como en junio de 2005, cuando sabíamos que Hormando ni cagando.
Ahora, en septiembre de 2007, deberíamos saber que neoliberalismo, nunca más. Exclusión, nunca más. Privilegios para unos cuantos, nunca más. Latifundio, nunca más. Cívicos/cínicos, nunca más.
Pero si todavía creemos –y me adscribo a esta última percepción- que es necesario ultimar todos los esfuerzos por evitar enfrentamiento, deberíamos demandar que las dos visiones de país, la del MAS y la de la oligarquía vayan a referéndum.
Votemos las dos constituciones, a ver cuál gana. Eso es democracia, no? No lo es, en cambio, rasgarse las vestiduras con la impostura de la defensa de una demanda regional. Tampoco es democracia reclamar dos tercios, cuando no lo hicieron para aprobar la capitalización, y nos enseñaron cómo se aplica el rodillo parlamentario.