miércoles, 7 de abril de 2010

Recuperar lo perdido


´Diciembre de 2009 y enero de 2010 fueron para mí meses de administración de crisis y no personal, aunque algo de eso también hubo, sino, sobre todo, laboral.
Estuve tan absorta en esos conflictos que, cuando al fin terminaron, miré a mis hijos y tuve la certeza de que lo mejor era salir. Solicité mis vacaciones, aunque eso no era recomendable si quería mantener mi puesto, pero evaluadas las cosas, entendí que mi trabajo ya había dejado de ser importante para mí. No mi trabajo en general, sino específicamente, "ese" trabajo.
Durante mis vacaciones me encerré en mi casa. Era tal el agotamiento que llevaba sobre los hombros que no quería salir, ni ordenar, ni pensar. No vi televisión ni leí noticias durante más de un mes. Salí muy poco y en pijamas, miré la vida pasar como una zombie. Parecía que venía de la quinta dimensión y tenía una memoria remota de todo lo que me rodeaba. Algo así deben sentir los seres humanos que dicen haber sido raptados por extraterrestres.
Poco a poco comencé a darme cuenta que la vida es algo más que policías y ladrones, terroristas y narcotraficantes. Me di cuenta de que mi tranquilidad vale más que cualquier puesto. Que una noche de karaoke con amigos suele ser divertida y que la computadora sirve para algo más que escribir informes.
Sin embargo, había perdido muchas cosas. Sólo hoy, cuatro meses después -¡cuatro!- comencé a vaciar mi bandeja de entrada en el correo y encontré miles de mensajes de año nuevo, buenos deseos, invitaciones y algún requerimiento urgente que a fuerza de ser olvidado perdió importancia.
Hoy no siento nada de nostalgia por aquella oficina en la que dejé un año de mi vida con tal intensidad que parecerían cinco. Paso por allí como los presos políticos, evitando verla, rodeando la esquina, tapándome los ojos.
Y, cada día, agradezco el poder recuperar lo mucho que he perdido e intentar vivir lo mucho que me queda.
Les puse esta reflexión porque esto ya estaba demasiado periodístico y ustedes saben que cuando me intoxico de algo hago catarsis aquí. Este espacio es mío, sólo mío y en mi vida, me van a disculpar, hago muchas cosas más que estos editoriales diarios.
A veces también reflexiono como cuestiones existencialistas como éstas y nunca dije que éste sería un espacio serio.
Bye.

(El dibujo es de un sitio que se llama Kireei)





No hay comentarios: