domingo, 4 de abril de 2010

El costo de las malas decisiones



Las elecciones verificadas ayer en todo el país muestran claramente la fragilidad del capital político del que gozan los partidos y las organizaciones partidarias en Bolivia y son también una evidencia de que la fuerza política nacional que el pueblo boliviano otorgó al Movimiento Al Socialismo en las elecciones de diciembre pasado, depende de dos factores: el liderazgo del Presidente Evo Morales y la necesidad de atender las demandas de un bloque social y político que es el sostén de apoyo del proceso de cambio, especialmente en el occidente del país.

Y si bien el liderazgo del Presidente Evo Morales no ha sido afectado, es evidente el riesgo que corrió el primer mandatario al apoyar a candidatos que él mismo escogió, en muchos casos desoyendo la demanda de las propias organizaciones o desconociendo la trayectoria de los candidatos elegidos por la gente.
Grave error político del Presidente Evo Morales, asumir semejante riesgo en total ausencia de retroalimentación, en un monólogo absurdo en el que sus más estrechos colaboradores no hicieron más que profundizar el traspie gubernamental, especialmente en La Paz.
No puede interpretarse de otra forma lo ocurrido en la sede de gobierno y en Oruro. La guerra sucia emprendida contra el Movimiento Sin Miedo, uno de los más importantes aliados del proceso de cambio en occidente, fue interpretada por los ciudadanos como una sucesión de actos de deslealtad y arbitrariedad.
Pero el desliz también puso al descubierto un cierto nivel de ausencia de claridad política y de claridad en los objetivos, lo que a su vez, se expresó en los criterios con los se seleccionó a los candidatos y se postuló a ciertas personas. El Gobierno deberá reflexionar por qué, a excepción de Edgar Patana, en El Alto, y de Cochabamba y Cobija, el resto de los elegidos terminó en derrota. Y no sólo eso, el Gobierno tendrá que realizar una profunda autocrítica sobre las desacertadas decisiones que no hicieron otra cosa que posicionar a su ex aliado en el escenario nacional.
Ojalá que ese grupo de colaboradores que es responsable del monólogo presidencial no intente maquillar este tras pie, mostrando como triunfo el logro de alcaldías en áreas rurales del país. Eso no compensa la pérdida de las principales ciudades capitales y lo sabemos todos.
Y así como sería infantil intentar ocultar el error frente a evidencias tan suficientes, sería también un error interpretar que estamos frente a una victoria de la oposición. Los resultados a nivel de gobernaciones muestran que la derecha ha logrado mantener espacios territoriales que ya controlaba, sin lograr superar su aislamiento debido a la ausencia de nuevas propuestas para el país. Sin embargo, esta situación es también una llamada de atención para el gobierno, que de manera soberbia se adelantó a decir que estas elecciones serían la tumba de la media luna.
Quizá, la lección más importante de estas elecciones es que los errores políticos siempre pasan altas facturas y que los que se cometieron en el caso específico de La Paz sólo contribuyeron al surgimiento de una nueva fuerza política nacional: el Movimiento Sin Miedo.

1 comentario:

Vania B. dijo...

Muy, muy cierto. Lo que sí, la oposición se ha mantenido en sus espacios territoriales porque lamentablemente el MAS no ha sabido escoger a muchos de sus candidatos. Poner a Roberto Fernandez por ejemplo y aglutinar a tránsfugas descarados como Chichi Pérez y la Dimitri en Santa Cruz les ha restado más votos de los que les pudo habero sumado.

Un análisis muy sincero y muy acertado el tuyo.

Te dejo un abrazo.