miércoles, 21 de noviembre de 2007

A Abril:




Cuando me enteré que habías llegado a mi vida y estabas pululando en mi vientre, tu padre y yo nos preguntamos cómo íbamos a llamarte. No hubo mucho conflicto y decidimos complementar tu primer nombre con el de Abril.
Y entonces apareció Silvio Rodríguez, cantándonos una ya vieja canción a la que nunca le habíamos prestado atención. "Se está arrimando un día feliz, como hace un barco tras sus meses", nos decía Silvio y tu padre y yo aumentábamos el volumen.
"Se está acercando un día de abril, un día de abril se va a arrimar, a los finales de noviembre", continuaba la canción y nosotros sabíamos que nadie podría cantarte mejor que Silvio todo lo que sentíamos por ti.
"Yo enciendo leña en el hogar, que vio brillar la tempestad que guía el curso de estos meses. Se está arrimando un día de sol, un día de duendes en añejo", decía Silvio y yo te soñaba, siempre de espaldas, con el cabello negro y traje de bailarina. "Y a mí me escarba la ansiedad, me escarba hondo, acá, en lo blando, me escarba simple, de escarbar, como para que se hunda más, el día feliz que está llegando".
Y el día feliz llegó. Fue un 21 de noviembre, como hoy, hace ya nueve años. El tiempo de juguetes ya pasó. Eres prácticamente una señorita, que solicitó como regalo un MP4. Te miro y no lo creo, eres mi obra maestra, la que más me llena de orgullo. Por eso te cuido y te quiero y por eso hoy, que es tu cumpleaños, te reitero como siempre, que te amo.


Tu mamá.

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