Nueve de la noche y exhausta. Rendida totalmente de cansancio y deseando comer algo para recuperar un poco de fuerzas. Admirada una vez más por la realidad que me golpea. Entré a la mina de Huanuni y no saben la maravillosa experiencia que significó entender todo el proceso de producción de minerales! Una vez más, gracias a la vida.
Un beso para mis dos hijos, que no me ven desde ayer temprano. Queda poco, queridos, para estar juntos de nuevo.
Pondré fotos y crónica del viaje pronto. Todavía falta Catavi y Siglo XX.
martes, 6 de noviembre de 2007
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