viernes, 14 de agosto de 2009

Reconciliación a medias



Estuve revisando el blog y me percaté de que les debo una disculpa. En realidad, desde que encontré mi último trabajo los he descuidado mucho y a eso se sumó que tuve razones que algún día les contaré para no escribir.

El otro día meditábamos sobre la incertidumbre del mañana y, saber que todo es relativo, que la vida corre a pesar de uno y tiene sus propios planes, me ayudó a entender que en realidad mantener algunos temores significaría que quienes me amenazan consiguieron amedrentarme.

Entonces decidí volver a volcarme aquí. Y lo voy a hacer actualizándolos un poco, en la medida de lo posible, sobre qué estuve haciendo.

En febrero conseguí un nuevo trabajo. Al poco tiempo, fui ascendida al cargo de asesora y desde entonces prácticamente vivo para trabajar. Al revisar el blog me di cuenta de que cuando uno hace lo que quiere y lo hace con amor, la carga no pesa, en realidad. Volví a trabajar catorce horas por lo menos tres días a la semana, a veces sometida a mucha presión, pero, al terminar el día me siento bien y feliz.

A diferencia de la anterior vez, los enanos, el Caballero y mi mamá lo entendieron bien y puedo decir, con tranquilidad, que me apoyan. De manea casual, la DM me envió una asistente que se encarga de todas las cosas de la casa, así que realmente puedo entregarme al trabajo sin culpa.

Mi vida se ha reencauzado. Recuperamos el 80 por ciento de las cosas que nos robaron. Nos trasladamos de casa, por seguridad, y hoy estamos viviendo en un edificio, que no me gusta mucho, porque es medio "jailón" -como dice un anterior post- pero que me da la comodidad que necesito y que agradezco.

Hace mucho que no tengo tiempo para leer ni para escuchar música. Mi vida se ha hecho más sedentaria y generalmente termino la semana deseando sacar de alguna manera toda la presión acumulada.

Estoy viviendo un día a la vez, alegrándome cuando termina, llena de preguntas cuando comienza. Me siento cada vez más comprometida con este proceso de cambio y, desde adentro, intento continuar aportando con todo lo que tengo en mí. Ojalá sirva, es mi único deseo.

Debo irme, hay una nueva amenaza de bomba.

2 comentarios:

La Vero Vero dijo...

Y, encima de todo eso, no te olvidas de las amigas, los amigos.

Esa es una virtud! (que no todas tenemos, jé)

Abrazo

Daniela Otero dijo...

Otro, compañera. Un café pronto, pronto.