lunes, 24 de agosto de 2009

Si quiero te vendo, si no, no

El viernes había planeado comprarme unos pantalones y terminé escandalizada con la agresividad de las vendedoras, con su grosería y con su imposibilidad de relacionarse con la gente. Cuando puse uno de los pantalones en un mostrador, la vendedora me exigió que los levantara porque ése era su mostrador y no el de la que me vendía en la misma tienda. Confundida los levanté, pero le dije que debía ubicarse, porque vender es una tarea nada fácil para gente de mal humor. De inmediato, las otras dos vendedoras arremetieron contra mí y me dijeron que si querían me vendían y si no, no. Me exigieron que les entregara los pantalones y yo les exigí que me dieran el número de la dueña o dueño de la tienda para quejarme por la mala forma en que tratan a la gente. Me insultaron y yo respondí y, cuando estaba saliendo de la tienda, vino una de las vendedoras y me empujó violentamente por la espalda, haciéndome caer! Yo no podía creer lo que pasaba y me levanté furiosa, pero contuve mis ganas de golpearla. No me imaginé en una gresca con una joven de unos 16 años, totalmente fuera de sí, o drogada, alcoholizada, no sé bien. Mi mamá acudió a llamar a la Policía, que tomó los nombres de las tres vendedoras y me los entregó, para presentar denuncia por agresión física.
Cada vez que pienso en el incidente, y en mi codo y rodilla izquierdos hinchados, vuelvo a sorprenderme por la agresividad de estas niñas. Si son así con una compradora, se imaginan cómo serán en su casa, en su colegio? Qué frustraciones cargarán en sus escasos 16 ó 17 años? En qué entorno violento se desarrollan? O sea, qué está pasando?
Reflexioné mucho durante esto el fin de semana y decidí no presentar la denuncia. Al fin y al cabo, una cosa lleva a la otra y esta espiral les cobrará lo que les toca pero, les digo la verdad, me he dado cuenta de que, de manera urgente, tenemos que estar más cerca de nuestros hijos y ver qué hacen, qué miran, con quién andan.

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