martes, 24 de julio de 2007

Dos por uno

Pensaba escribir una crónica sobre la maravillosa experiencia que significó para mí y para mi familia asistir al cabildo, contando cómo cada paceño, en su fuero interno, entendió que su presencia allí era imprescindible.
Pero creo que no es necesario, pues las imágenes lo habrán dicho todo. Por lo tanto, me limitaré a algunas puntualizaciones, por ahora.
No importa lo que digan, es natural que ahora respiren por la herida, al fin y al cabo, se les acabó su caballito de Troya de tener el cabildo del millón y el supuesto “mandato del pueblo” para hacer fracasar la Constituyente.
No importa que nos acusen de haber sido financiados. No habría recursos suficientes para movilizar a dos millones de personas. Hagan lo que hagan, no podrán deslegitimar este cabildo, en el que no hubo sándwiches ni poleras, sino conciencia.
Tampoco interesa mucho que los cultores del discurso del carajo ahora digan que la proclama del Cabildo es autoritaria. O que La Paz “se humilló” ante El Alto. Ese tipo de arengas sólo pegan en quienes creen que todavía es posible sobrevivir en política acudiendo al chauvinismo barato.
Lo que importa, lo único que importa, es esto:
Por cada defensor de la autonomía oligárquica habrá dos paceños dispuestos a defender la unidad nacional. Más claro, cabildo del 20 de julio.

No hay comentarios: