El 28 de enero de 2005, apenas unos días después de que los oligarcas cruceños y tarijeños se declararan a favor de las autonomías departamentales y nos mostraran el modelo de Estado que nos quieren imponer, los guaraníes dejaban en claro que estaban asentados incluso antes de la Colonia en los territorios que ahora los cívicos reclamaban para sí y advertían que no aceptan ni aceptarán que estos grupos que hoy se expresan en los comités cívicos y prefecturales, sigan usurpando su territorio y riqueza y mucho menos hablen a nombre suyo bajo el lema de autonomía.
Los guaraníes dejaron sentada su posición en un comunicado público que recordaba los 113 años de la Masacre de Kuruyuki, ocurrida en 1892, cuando varios militares que ejercían cargos públicos en la prefectura y en la delegación presidencial, con ayuda de mestizos cruceños y chaqueños, masacraron a más de seis mil chiriguanos y fusilaron a sus líderes en Santa Rosa de Cuevo, por haberse rebelado a un estado minero feudal que pretendía arrebatarles sus territorios.
Este pueblo de profunda historia de lucha y resistencia contra los españoles y luego contra los mineros y los terratenientes de la República, reclama el derecho de participar de los beneficios de la renta generada por la explotación del gas existente en su territorio.
Luchan cotidianamente contra las empresas petroleras. Éstas los dividen, los enfrentan unos con otros, compran dirigentes, utilizan a sus organizaciones, imponen sus condiciones, dicen con quién deben hablar y con quién no, escogen y definen las reglas de juego, invaden y contaminan sus territorios.
Por eso, cuando exigen conocer las leyes se sorprenden de los derechos que les asisten. Por eso, pidieron que se les explicara párrafo por párrafo, artículo por artículo, el Reglamento de Consulta y Participación de Pueblos Indígenas en la Ley de Hidrocarburos, para aprehender cada letra, cada palabra, cada punto y cada coma, y así tener con qué defenderse.
Decididos, determinaron conformar sus comités indígenas de monitoreo socioambiental para operaciones hidrocarburíferas, cansados del abuso y la contaminación causada por la industria petrolera.
Pero sobre todo, ratificaron lo que dijeron en enero de 2005: El proceso autonómico impulsado desde los sectores oligárquicos sólo busca romper la unidad y la integridad territorial de la nación boliviana. Los guaraníes estarán, como estuvieron en la Colonia y en la República, prestos a defender a los pueblos indígenas y a sus territorios, por un país más justo y equitativo.
Hoy tienen dos instrumentos legales que les favorecen y no están dispuestos a desaprovecharlos. Los cincuenta capitanes y capitanas que participaron de un taller que impartimos en Charagua saben que en sus manos está la responsabilidad de difundirlos a sus pueblos.
El pronunciamiento público al que hacemos referencia se encuentra en este sitio web para quien quiera leerlo:
http://www.derechos.org/nizkor/bolivia/doc/guarani1.html
Los guaraníes dejaron sentada su posición en un comunicado público que recordaba los 113 años de la Masacre de Kuruyuki, ocurrida en 1892, cuando varios militares que ejercían cargos públicos en la prefectura y en la delegación presidencial, con ayuda de mestizos cruceños y chaqueños, masacraron a más de seis mil chiriguanos y fusilaron a sus líderes en Santa Rosa de Cuevo, por haberse rebelado a un estado minero feudal que pretendía arrebatarles sus territorios.
Este pueblo de profunda historia de lucha y resistencia contra los españoles y luego contra los mineros y los terratenientes de la República, reclama el derecho de participar de los beneficios de la renta generada por la explotación del gas existente en su territorio.
Luchan cotidianamente contra las empresas petroleras. Éstas los dividen, los enfrentan unos con otros, compran dirigentes, utilizan a sus organizaciones, imponen sus condiciones, dicen con quién deben hablar y con quién no, escogen y definen las reglas de juego, invaden y contaminan sus territorios.
Por eso, cuando exigen conocer las leyes se sorprenden de los derechos que les asisten. Por eso, pidieron que se les explicara párrafo por párrafo, artículo por artículo, el Reglamento de Consulta y Participación de Pueblos Indígenas en la Ley de Hidrocarburos, para aprehender cada letra, cada palabra, cada punto y cada coma, y así tener con qué defenderse.
Decididos, determinaron conformar sus comités indígenas de monitoreo socioambiental para operaciones hidrocarburíferas, cansados del abuso y la contaminación causada por la industria petrolera.
Pero sobre todo, ratificaron lo que dijeron en enero de 2005: El proceso autonómico impulsado desde los sectores oligárquicos sólo busca romper la unidad y la integridad territorial de la nación boliviana. Los guaraníes estarán, como estuvieron en la Colonia y en la República, prestos a defender a los pueblos indígenas y a sus territorios, por un país más justo y equitativo.
Hoy tienen dos instrumentos legales que les favorecen y no están dispuestos a desaprovecharlos. Los cincuenta capitanes y capitanas que participaron de un taller que impartimos en Charagua saben que en sus manos está la responsabilidad de difundirlos a sus pueblos.
El pronunciamiento público al que hacemos referencia se encuentra en este sitio web para quien quiera leerlo:
http://www.derechos.org/nizkor/bolivia/doc/guarani1.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario