Y así estaba yo, escribiendo sobre cualquier cosa para tomar valor y comenzar a trabajar, cuando sonó este teléfono:
¿Mamá? Dice mi abuela que qué vamos a cocinar y a qué hora vas a venir porque como la María no está (pidió una semana de vacaciones porque es pasante de la preste de su pueblo) tienes que comprar Coca Cola. Nosotros ya tendimos nuestra cama y estamos arreglándonos para el colegio. No tenemos tarea porque estamos en exámenes. ¿Y estudiaron? No, porque no lo necesitamos. Ah, parece que tu opinión no es compartida por tu libreta, mejor estudien no más, cuidado las notas los desmientan a fin de mes. Cocinen locro de zapallo y yo llevo la soda.
Entonces timbra este otro teléfono, el más despreciable de todos, el Chacal de los celulares:
Radio Fides reporta que, hace unos minutos, los comunarios de Chapisirca tomaron la represa de Escalerani. No se sabe las razones de la protesta, pero como la represa suministra agua y genera electricidad para la ciudad, Cochabamba podría quedarse sin agua y sin luz en las próximas dos horas.
Mientras pensaba a quién derivar la información, me pasan una llamada al interno de la oficina:
¿Daniela? Cómo estás, soy P. Estamos esperando que nos manden el tríptico y el afiche, no lo enviaron. ¿Cuál tríptico y cuál afiche? no sé nada. Pregunta, el plazo es hoy. ¿Hoy? Si, hoy.
Y, claro, el que faltaba a la ronda, el de los plazos fatales:
¿Daniela? Me olvidé decirte que la semana pasada decidimos que hay que hacer un tríptico y un afiche sobre gestión. Anda trabajándolo, pero creo que el plazo de entrega termina hoy.
Listo. Y yo que creí que hoy iba a ser un día liviano.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario