
Pero van dos noches que no duermo -siempre tengo problemas con el sueño, pero estas dos últimas noches mis problemas fueron con otras cosas- y hoy realmente no tenía ánimo para levantarme.
Haberlo hecho para venir a trabajar significó salir disparada sin siquiera desayunar, todavía muerta de sueño y sin tender mi cama y tampoco fui a almorzar.
Desde hace una hora estoy pensando: Llegaré y la cama estará destendida, llegaré y la cama estará destendida. Llegaré y tendré que tender la cama. Y, sinceramente, no tengo ganas de llegar.
La magia debería existir para las amas de casa. Uno debería poder mover la nariz como La Hechizada o chasquear los dedos como Mi bella genio y todo en orden y limpito. Hay otras maneras, yo sé, como ir a la Camacho y llevar dos señoras, una para limpieza y la otra para planchar la ropa y listo! Toda una tarde supervisando el trabajo y ya está.
Lamentablemente, hoy no tengo plata ni para contratar a una señora y menos a dos. Tampoco para ir a tomar un café y olvidarme de la bendita cama y menos aún para ir al súper y comprarme unos embutidos, leche y algún postrecito que comerme después del baño relajante con el que intentaré alejar al insomnio. Definitivamente, Junio ya acabó y no fue mi mes.
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