viernes, 26 de octubre de 2007

El paco

Reunión el lunes. Preparar propuesta. I. tiene que hacerla, pero no me llama. A. me escribe, debo viajar la próxima semana, pero también me operan, ¿cómo hago? ¿Cuándo viajo? Bueno la subsiguiente semana, pero es mi cumpleaños ¿otra vez lejos de mis hijos? No, no se puede. Entonces tiene que ser esta semana, no hay otra. Pero hay que hacer las propuestas de diseño para las publicaciones. ¿Cómo me divido? Tendrá que venir mi mamá. ¿Y si agarro a todos y me los llevo a Uyuni? Bestia. No hay plata para la operación y va a haber para ese viajecito. No sea bruta, oiga. Pero no sería mala idea ¿no? Pss, la verdad, no. Viene Halloween, qué cosa más odiosa, ésa, la de prestarse festividades. ¿Y si los llevo mejor al cementerio y después a la fiesta de las Ñatitas? Me sentiría mejor yo, ¿no ve? Pero no, pss, ellos quieren su Halloween y encima se compraron sus Lápidas sorpresa, para el pinche juguetito ése. Me dio risa, realmente un pinche juguetito y seis pesos, la tontería. Uy, me olvidé. La prince tiene mañana su examen final. Son las siete menos veinte. Debo coserle una falta plisada fucsia. ¿Y ahora? ¿No tendré alguna falda fucsia? Qué voy a tener si odio ese color. Comprar no más. ¿Y la máquina de coser? ¿Y si no funciona? Ya sé, la pego con Isocola, pues. Si es para un ratito. Pucha, ¡siete menos cuarto! Y no hay nada de la propuesta. ¿Qué hago? ¿Cómo era que se hacían las faldas plisadas? Un rectángulo largo, la pretina y luego, bueno a lo que sea va a tener que ser. Gracias abuelita, por enseñarme a coser. ¿Qué estaría haciendo ahora sino fuera por ti? Mi mamá me diría "eso te pasa por hacer las cosas a última hora". Bueno, también tiene razón ¿no?
Oye, ¿y el enano? Tiene también examen. ¿Era un clarinete, no?. Hilda, ¿es un clarinete? ¿Y de dónde $%&%$*&%$ saco a esta hora un clarinete?. Tereteretetete. Y vestido “de payasito”. Como si no fuera ya lo suficientemente payaso, encima me lo disfrazan. Siete menos diez. Uyuni, la propuesta. Claro, puede ser Siglo XX y Catavi también, pero serían más días. ¿Y si me indispongo? No ps, no queda otra, son cinco publicaciones, además del taller. Esta semana tiene que ser. ¿Y ahora qué hago? Se van a cerrar las tiendas de tela. Estas profesoras, como si la que tuviera que dar examen fuera yo. ¿Por qué no me casé con un hombre rico que me mantenga? Así hubiera estado en mi casa, al lado de mi perrito Fifí, o mejor arreglándome el cabello, ¡pucha que está feo! Ya, a ver, ubíquese. Qué hago primero. La tela tiene que ser. Voy a tener que volver después de comprarla. O sea mala noche, cosiendo falditas plisadas y haciendo pelucas de payaso. ¿Y Evo Pueblo? ¿No quedé en que iba a ir? Pero a noche, tendría que ser. No, no voy a poder. Ni modo, tendrá que ser mañana, no más. Pero los chicos tienen dos cumpleaños. ¿Y de que irán disfrazados al del domingo? ¿Por qué todos los cumpleaños son fiestas de disfraces últimamente? Las siete. Yap. Las tiendas cerradas. Si no voy ahora, no llego. No llego. ¿Y la propuesta?
¡Auxiliooooo! ¡Necesito un semáforo para mis pensamientos! No mejor un barita, ¿o es varita? Bueno, si es varita, entonces que sea mágica. Éso es lo que necesito.

Foto de www.eldiariony.com

1 comentario:

la de la casa nueva dijo...

Pobre mi amiga.
Entiendo de cerca el labor de las madres... realmente nunca descansan.
Mi mamá solita la pobre de una oreja llevandome al medico, que al otro, que con el electricista, que inyecciones, que ver la casa...
Realmente si alguien merece de verdad un monumento... son ustedes: Las madres...
gracias por serlo.