martes, 26 de febrero de 2008

A que son lindos, mis botones

Hoy es uno de esos días en que no entiendo nada y me parece estar despertando de un desprevenido sueño durante el cual pasaron cosas trascendentales de las que me entero sólo al despertar.
Tres botones de muestra:
Primer botón:
Abril le pregunta a su hermano:
- A ti te gustaba más La Paz como antes o como ahora?
Su hermano eleva los ojos al cielo, porque ya sabe por dónde viene la mano.
- Como antes, le responde.
- A mí también. Era mejor sin tantos problemas.
Yo estoy tomando mi sopa. Me hago la desentendida, porque también sé por dónde viene la mano. Pero no puedo evitar preguntarme: ¿Hemos visto bloqueos, marchas, manifestaciones? ¿La Paz es la ciudad mártir otra vez y yo no me he dado cuenta? Oye, pero son muchos menos que antes ¿no? Y sigo escuchando:
- Sí, dice su hermano, sin tantos problemas, como cuando Carlos Mesa era presidente.
Paso el bocado de un tranco. ¿Carlos Mesa? Me pregunto. ¿El mismo que nos decía que Bolivia era un país de limosneros y teníamos que aguantarnos todos los desplantes de las petroleras? ¿Carlos Mesa? ¿El que renunciaba cada mes, en una novela mexicana unipersonal? Perdón, ¿Carlos Mesa, el de la crisis de junio? Esteeee, muy tranquilos vivíamos ese tiempo. Y sigo escuchando:
- No pues, Chalo, yo no estoy hablando de Presidentes, estoy hablando de la ciudad.
Silencio general concertado.
Segundo botón:
La compañera de la imprenta y yo trabajamos toda la mañana diseñando la primera cartilla. Quedamos en encontrarnos a las tres para continuar el trabajo. Ambas sabemos que tenemos poco tiempo. Me dispongo a ir a la imprenta, cuando recibo una llamada en mi oficina. Es la secretaria de la imprenta, que me informa que la diseñadora no estará disponible hasta las cinco de la tarde. ¿Está ella?, pregunto y me la pasan al teléfono.
- Si Daniela, no puedes venir a la hora que quedamos porque tengo que terminar un afiche. Te espero a las seis y media.
- Oye, pero yo tengo que hacer otra cosa a esa hora.
- Entonces ni modo, veremos cuando trabajamos.
- Pero tenemos que sacar las cartillas, ése fue el compromiso de ustedes.
- Sí, yo sé, pero ahora tengo que sacar el afiche.
Silencio unilateral oportuno.
Y el último, que no es un botón precisamente, sino un gran moño rojo:
Recibo un mail que dice:
El video sobre la Constituyente tiene tal y tal defecto. Creo que deberían sacar la opinión de Carlos Mesa, porque es un desastre. Además, en vez de entrevistas a Xavier Albó deberían entrevistar a fulanito. Y la música cansa. Ah, y respecto a las autonomías indígenas, se debería poner unas entrevistas de alguna comunidad, donde la autonomía indígena sea una práctica.
- ¿Perdóóóóóóón? ¿Ya hay comunidades indígenas en Bolivia donde la autonomía sea una práctica? ¿Dónde quedan? ¿Para qué la Constituyente, entonces? Y la cosa sigue:
- Se podría visitar una comunidad amazónica, porque el tema amazónico está ausente del video.
Carcajada contenida intencionalmente.
Entonces yo respondo el mail y pregunto: Una consultita, ¿de quién son las opiniones que pusiste en el mail? Y otra cosita, ¿podré ver el video antes de opinar sobre estas opiniones?
Y me responden:
- Las opiniones son mías.
Y después de varias cosas, esto:
- Hay algunos baches que vamos a rellenar, vamos a hacer algunas entrevistas puntuales para escuchar cosas puntuales.
¿No se suponía que había un equipo coordinando las entrevistas? ¿Cómo es que ahora van a rellenar los baches y para eso van a hacer entrevistas puntuales para escuchar cosas puntuales? A esta altura, pienso seriamente que me debo haber perdido de algo. Que en algún momento mi mail se cortó y todos los correos fueron respondidos por mi otro yo.
Convencida de que se tomaron determinaciones y no fui informada, respondo:
- Qué bueno que vas a hacer las entrevistas. Pero es una lástima que la opinión de quienes hicimos el trabajo no sea importante.
Y me vuelven a responder:
- Sé que van a venir para pulir el video, pero no sé –creo que nadie sabe- entrevistas a quiénes, ni quiénes entrevistarían. Todo eso está muy verde todavía.
Y agregan:
- Las primeras críticas son las mías porque soy el único que por ahora vio el video.
Hubiéramos empezado por ahí, ¿no? Y hubiéramos sido informados los que tenemos que ser informados de que ya hay una versión del video disponible ¿no? Y hubiéramos esperado un tiempo prudencial para evaluarlo y compartir criterios y críticas.
Pero no, tenemos que empezar por el revés.
Necesito una de dos cosas: dormirme más a menudo o unas extendidas vacaciones, pero urgente.

2 comentarios:

La Vero Vero dijo...

Daniela:

jé! Tómalo con calma. El oficio de comunicador(a) es agotador. Tus botones, son perlitas del oficio.

No tienes idea de cuán perfectamente te entendí al leer el post. :)

Un abrazo!

Pd. Sobre el otro post, yo también voy a necesitar un vale de esos, pero uno de sueños. ¿Habrán?

Daniela Otero dijo...

Vero Vero:
Me parece excelente idea la que propones.
Vale por un sueño largo, placentero y reparador. Utilízalo cuando lo necesites.
¿Qué tal?
No suena mal, no?