- No es muy natural esperar tu aniversario trabajando como bestia hasta la madrugada.
- Tampoco, continuar la trasnochada porque recibiste tu primer sueldo y es necesario ch’allarlo.
- Y dormir parte de la mañana, porque en la tarde debes revisar todo aquello que falta.
- Y luego ir a la oficina y seguir corrigiendo cosas, sintiendo que el sueño te vence.
- Pensando, además, en aquella cita médica que tienes en media hora en la que te dirán qué cuernos son esos bultitos que encontraste en uno de tus senos y que cada vez se hacen más grandes.
- E ir a la cita médica y después de 45 minutos escuchar, por fin, que esos bultitos no son cáncer.
- Y después ir a la farmacia a comprar todos esos medicamentos que debes tomar.
- Y recibir la llamada de tu compañero periodista desaparecido al que acaban de liberar y que se encuentra en La Paz y necesita hablar contigo unos minutos.
- Ir a su encuentro y enterarte de todo, de primera mano y con lujo de detalles.
- Escapar de la cena en la que estás con varios periodistas porque hay gente en tu casa esperando festejar tu aniversario.
- Y llegar y saber que continuarás transnochando para, finalmente, dormir hasta el sábado, cuando tus hijos tienen su inauguración del año deportivo.
- Y seguir deseando camita hasta que llegas y, por fin, duermes un poco, hasta que tu compañero llega para despedirse, pues se va a Argentina y no quiere saber nada más del país en el que lo secuestraron.
- Y el domingo despertar adolorida, con una torpe reacción en tu cuerpo de todos los medicamentos que tomaste y te sentaron tan mal.
- Y no querer nada más que quedarte en cama, porque te duele todo el cuerpo.
- Para, por fin, levantarte el lunes temprano, mirar al Escudero y no decirle nada.
- Y terminar en el blog, diciéndole:
lunes, 21 de abril de 2008
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