lunes, 7 de abril de 2008

Las agendas de Abril y Chalo


Aprovechando que la controladora –o sea yo- está de franco porque no tiene tiempo y como estamos trabajando más que de costumbre, a Abril y a Chalo se les dio por tomarse vacaciones.
Entonces han decidido turnarse. Los lunes y miércoles, le toca a Abril. Los martes y jueves a Chalo y, como son tan justos y equitativos, los viernes lo hacen los dos, así ninguno tiene sobrecarga.
Todas las noches, a las ocho, viene uno cariacontecido, mientras el otro observa en silencio. “Mamá, aquí está mi agenda”, dice el cariacontecido y viene la famosa frase: no cumplió la tarea.
El turnero me mira con cara de circunstancia y escucha pacientemente mi letanía. “Son el colmo, por qué no hiciste la tarea, ayer dijiste que ya la habías hecho, qué pasa contigo, etc. etc. etc:”.
El que está de franco, sólo mira.
Al día siguiente, la cosa es al revés, y así durante los últimos diez días.
Ya les quitamos el Play Station. Dejamos de ir al parque este fin de semana. No les compré nada, ni un chupetito, en castigo.
“Pucha, qué castigo más largo”, dice una. “Sí, extraño mucho a mi Play”, dice el otro.
Pero nada cambia, el lunes, otra vez, la misma historia.
Ayer tuve que ser más drástica: Bueno, entonces voy a dejar de trabajar, como no están cumpliendo con nuestros pactos, no me queda otra que dejar de trabajar para controlarlos, les digo.
Los dos desaparecen. ¿Dónde están?, les pregunto. “Haciendo nuestra tarea”, me responden a coro.

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