lunes, 16 de febrero de 2009

Reivindicación


Hace algunas semanas, me puse a jugar con mis hijos Pac Man, pero en versión actual. La tercera dimensión fue para mí todo un descubrimiento y, en medio de los gritos y enojos de los chicos porque iba por donde no debía ir, me metía donde no debía meterme y terminaba con Game Over a cada rato, me divertí como hace tiempo no hacía. Hoy leí esto en un blog y lo reproduzco porque quisiera que mis hijos entendieran lo que vivimos y valoren lo que tienen:
Facebook (Grupo Generación de los 70).
"El objeto de esta misiva es la de reivindicar una generación. La de todos aquellos que nacimos en la decada de los 70 (un par de años arriba, años abajo), la de los que estamos trabajando en algo que nuestros padres ni podían soñar, la de los que vemos que el piso que compraron nuestros padres ahora vale 20 o 30 veces más, la de los que estaremos pagando nuestra vivienda hasta los ¡60 años!.
Se nos dice que no tenemos ideales y eso que sabemos de política más que nuestros padres y de lo que nunca sabrán nuestros hermanos pequeños y descendientes.
Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza, las canicas, la comba, la goma, el rescate o el bote bote y, a la vez, somos la primera que hemos jugado a videojuegos.
Hemos ido a parques de atracciones o visto dibujos animados en color. Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos, pero oíamos (y seguimos oyendo) que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron después de nosotros sí lo tienen realmente y nadie se lo dice.
Somos una generación que hemos visto a Maradona hacer campaña contra la droga. Hemos vestido vaqueros de campana, de pitillo, de pata de elefante y con la costura torcida
Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos y no Halloween, cuando todavía se podía repetir curso.
Andábamos en bicicleta sin casco, ni protectores para rodillas ni codos. Los columpios eran de metal y con esquinas en pico. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y solo volvíamos cuando se encendían las luces.
Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila que, rara vez, tenía refuerzo para los hombros y, mucho menos, ruedas!!! Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto. Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando. Compartimos botellas de refrescos y nadie se contagió de nada
Tuvimos libertad, fracaso, respeto, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello...

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