He visto la conmoción en la cara del Presidente, la conmoción de quien se encuentra profundamente abatido por la decepción.
Santos Ramírez era uno de los hombres fuertes del MAS. Y es incomprensible que este hombre hubiera arriesgado tanto, no sólo personalmente, sino sobre todo políticamente hasta terminar envuelto en una escabrosa trama, típica de grupos mafiosos, en la que hay de todo, desde prostíbulos hasta un asesinato.
Ramírez se encuentra en la mitad de los casos de corrupción denunciados en esta gestión de gobierno. Visas chinas, venta de avales para cargos públicos, caso Tinguipaya y hasta un caso de narcotráfico lo involucraron. Su culpabilidad o inocencia se definirá en los estrados judiciales. Pero la otra sentencia, la social, ya fue pronunciada por la Ministra de Justicia: Quien comete actos de corrupción comete traición. Traición al proceso, traición al esfuerzo de miles de bolivianos que lucharon por recuperar la estatal petrolera.
Fue un golpe infalible a la idoneidad de un Gobierno que propugna el cambio, justo el terreno en el que estos golpes pueden causar la muerte. Ya era hora y las señales son inequívocas: Ningún corrupto debería ser protegido.
Santos Ramírez era uno de los hombres fuertes del MAS. Y es incomprensible que este hombre hubiera arriesgado tanto, no sólo personalmente, sino sobre todo políticamente hasta terminar envuelto en una escabrosa trama, típica de grupos mafiosos, en la que hay de todo, desde prostíbulos hasta un asesinato.
Ramírez se encuentra en la mitad de los casos de corrupción denunciados en esta gestión de gobierno. Visas chinas, venta de avales para cargos públicos, caso Tinguipaya y hasta un caso de narcotráfico lo involucraron. Su culpabilidad o inocencia se definirá en los estrados judiciales. Pero la otra sentencia, la social, ya fue pronunciada por la Ministra de Justicia: Quien comete actos de corrupción comete traición. Traición al proceso, traición al esfuerzo de miles de bolivianos que lucharon por recuperar la estatal petrolera.
Fue un golpe infalible a la idoneidad de un Gobierno que propugna el cambio, justo el terreno en el que estos golpes pueden causar la muerte. Ya era hora y las señales son inequívocas: Ningún corrupto debería ser protegido.
2 comentarios:
pues hay muchisima mas gente dentro del gobierno que deberia ser expulsada y juzgada.
son una traicion al proceso.
por eso es importante no dejar que se adueñen del mismo.
saludos!
Tienes razón. Ojalá podamos hacerlo. Un abrazo, Utopico.
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