miércoles, 28 de enero de 2009

Casi


Son las ocho y diez de la noche y aunque hace hora y media debí salir de mi oficina, decidí no hacerlo hasta no sentir que dejaba aquí la onda negativa que hoy me posee.
Fiel a mis tradiciones, me puse a leer el archivo de una de mis blogueras favoritas, segura de que allí iba a encontrarme con frases dignas de las más genuinas carcajadas y encontré este post:

"Hace ya unas semanas me dio el ataque de hacer un blog de recetas. Un ataque repentino. Sin ton ni son. Sin pedirle permiso a alguien que sepa cocinar. Todo empezó, me parece, porque empecé a ver vajillas de verano en tiendas y catálogos. Cosas lindas como para comer ensaladas en la terraza o el jardín, mientras algún esclavo exótico nos abanica con una gran hoja de palma y vemos a nuestros hijos cabalgar por la pradera o recoger caracoles a la orilla del océano".
Hasta aquí ya había esbozado una amplia sonrisa, que estalló en sonora carcajada cuando leí:
"Entonces me dejé de ridiculeces y me di cuenta de que lo que tenía era hambre".
Y continué leyendo:
"Pero hambre de ensaladita rica, fresca, crujiente...mmm. Y me dio por hacer un blog para que coleccionemos - en principio - recetas de ensaladas. Después vemos con qué seguimos. Así que todos los aficionados a comer rico están profundamente invitados a pasar por Casi en salsa y dejar la fórmula mágica de su ensalada favorita. Hasta ahora tenía el blog congelado, pero el lunes empezamos a publicar por orden de llegada, ok?"
Ah, ¿o sea que además tiene blog de recetas? pensé y en dos segundos me imaginé a mí misma cocinando los sabores de Montreal. Entusiasmada y segura de que había conseguido mi objetivo, seguí el enlace, para encontrarme con esto:


No se ha encontrado el blog.
Lo sentimos, el blog que estabas buscando no existe.
Sin embargo, el nombre casiensalsa está disponible para registrarlo.
Estuve a punto de ejecutar la orden y cranear la forma de que sientan la misma frustración que yo, sólo para vengarme de mi mala suerte con ustedes.
Pero me contuve. Es que en el fondo, soy buena persona, o no.

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