lunes, 29 de diciembre de 2008

Levantarse y andar

A veces siento que hemos luchado tanto por el cambio que no nos percatamos que él ya está aquí, que ya llegó.
Es que quizá esperábamos un cambio hecho justo a nuestra medida. Lineal, como si la realidad fuera una extensión de nuestras propias ideas y nunca más allá de donde estábamos dispuestos a entender.
Sin embargo, en ocasiones, el cambio nos reta en dimensiones para las que no estábamos dispuestos ni preparados. Nunca pensamos que el cambio nos iba a exigir también cambiar nuestras concepciones más profundas y nuestras propias creencias.
Y seguimos mirando el pasado con nostalgia. Seguimos anclados en declaraciones generales, cuando nuestro desafío es concreto: Luchamos tanto por construir al hombre nuevo que nos exigía el Che, que no queremos ver que ha llegado la hora de comenzar a ser ése hombre nuevo.
Estoy segura de que esto nos exigirá mucho más de lo que creemos. Nos exigirá no callar ni otorgar frente a la discriminación. Nos demandará participar efectivamente, informarnos, contribuir pero sobre todo, comprometernos.
¿Estamos dispuestos a sacudirnos el polvo, levantarnos y comenzar a andar?
¿Estaremos en la capacidad de entender que, como dice el Presidente Evo Morales, el cambio está en nosotros mismos? ¿Tendremos la fortaleza para construir mejores días?.
Un discurso y un spot que se difunde diariamente y que, quizá, se diluye en medio de tanta propaganda, nos convoca. Evo nos dice que "el país que queremos está en nuestro corazón".
¿Nos levantamos y andamos?
Editado para decir que esta meditación es una adaptación de un artículo sobre el cambio publicado en la revista Darse Cuenta.

No hay comentarios: