lunes, 15 de diciembre de 2008

El papirri (segunda parte)

Entramos tarde al concierto.

Tus mejillas de laderas
Y tus marchas sin motivooooo
Y tu jopo de Illimani
Y tus ríos con ruleroooos

La Paz…Mi ciudad
Eres llockalla lavando autos
Eres la casa que nunca tuve

Recita un hombre de cabello largo, apenas iluminado por un haz de luz. Dentro del Cine 6 de agosto hay mucha más gente de la que se esperaría para un concierto en jueves. Es que el Papirri es eso: la experiencia inesperada, el descubrimiento cotidiano, el poema que traduce el pensamiento de miles de hormiguitas que suben las empinadas calles de La Paz.

Y entonces retorna el Papirri, que con toda su generosidad, escoge un concierto de beneficiencia para estrenar varias canciones de su nuevo disco, ése, el que saldrá en febrero.

"Esto es la Diaguadacapotaquitonada y no es un trabalenguas, es la historia de un paceño que tenía que bailar diablada, pero se farreó la plata del traje antes del Carnaval y entonces se disfraza de lo que puede, de oso ¿será pues no? Y comienza a recorrer todas las comparsas", dice el Papirri y empieza a jugar con todos los ritmos de la música nacional: de pronto la diablada se convierte en kullaguada, que luego se hace caporal para tornarse en unos segundos en taquirari y terminar suavecito, en una tonada tarijeña.

Es el homenaje del cantautor a la unidad del país, de ese país que nos exige "tomar partido", porque estamos "medio jodidos, hay que tomar partido, contra el racismo".

El Papirri somos todos nosotros, la esencia de los paceños que nos deleitamos con un jolk’e y unas chevas, que miramos todo con ojos escrutadores, que amamos todo lo que nos pasa, sea bueno o sea malo. Esos eres llenos de la pasión del yaaaaaa, del gol del strongest y de este país, al que hemos aprendido a amar en las calles.

Vania y yo nos despedimos, prometiéndonos charlar para ver si la repetíamos al día siguiente. No lo hicimos. Es lunes y el Aguinaldo aún no llegó.




3 comentarios:

Yo nomas dijo...

hace 10 años tuve la oportunidad de conocer a el Manuel Monroy, por lo menos era él, hasta el último día del festejo de los 30 años de la muerte del che en Vallegrande, digo hasta el último día por que ese día salió el "papirri" y se tiró una farra de linda, que siguió en la flota donde coincidimos camino a Santa Cruz, acompañados con cervecitas y si guitarra.

saludos

Daniela Otero dijo...

Yo lo quiero entrañablemente, como quiero a Pekos en Santa Cruz. Estos guitarreros deben ser responsables de varios de nuestros más memorables recuerdos, no?

La Vero Vero dijo...

Jujuuuuuu candela pura es este Papirri.

La casa de Santa Crú es Peko´s ¿no? años que no voy, che.

Que el aguinaldo llegue pronto, che.

Abrazo.