lunes, 15 de diciembre de 2008

Los prescindibles


Lo crean ustedes o no, la sociedad boliviana ha prescindido de los medios de comunicación hace ya mucho tiempo, quizá desde 2003, cuando ellos le dieron la espalda a su país y a la gente, ignorando y minimizando el clamor generalizado contra el neoliberalismo que se empeñaban en defender.
¿Acaso no se han dado cuenta? ¿No les dice su vecina que, como la mayoría de los bolivianos, ha decidido no ver más televisión?
¿Qué esperaban después de haber cerrado las puertas en las narices una y otra vez a los bolivianos? ¿Qué querían si despilfarraron la confianza ciudadana con periodismo de carroña?
¿Quién es el responsable de que ustedes, queridos colegas, se hubieran creído que Bolivia es un país limosnero que vivía de las transnacionales?
¿Y tienen el cinismo de exigir libertad de expresión, después de haber amordazado por años a los sindicatos, organizaciones barriales, universitarios e indígenas negándoles cobertura? ¿Después de haber pasado por tontos, ciegos, sordomudos frente a las demandas populares?
¿No recuerdan que fueron expulsados vergonzosamente de El Alto? ¿No recuerdan que la realidad, machacona como es, demostró al mundo que son unos mentirosos? ¿Que fuimos unos pocos, contados con los dedos de las manos, los que marchamos con nuestro pueblo? ¿Dónde estaban ustedes cuando Gustavo Guzmán tuvo que vender en las esquinas la edición de Pulso que fue confiscada porque denunciaba el genocidio cometido por Gonzalo Sánchez de Lozada?
¿Dónde queda su dignidad cuando el dueño de los medios para los que trabajan les exige mentir y callar frente a las manifestaciones racistas de la oligarquía? Dignos como son, ¿por qué no se ponen del lado de los trabajadores y denuncian que, al igual que a ellos, también a ustedes los maman los empresarios, renovándoles contrato cada tres meses, pagándoles sueldos miserables, haciendo de ustedes unas pobres marionetas de ventrílocuo?
Queridos compañeros, ustedes se han convertido en edición barata de domingo, si es que tenemos la suerte de encontrar un reportaje extranjero en medio del mofletudo y regordete cuerpo de su periódico. En el relleno de la emisión de radio, por si pasan una buena canción en medio de la sarta de mentiras que difunden. En la novedosa patraña televisiva diaria. En la pista peregrina, en el dato incompleto, en la realidad distorsionada por su incapacidad y su perruna obediencia.
¿Hicieron un paro hoy? En realidad, hace tiempo que ustedes renunciaron al periodismo. Los quince minutos en los que hoy dejaron sus cámaras, micrófonos y grabadoras en el suelo, no son más que expresión objetiva de cómo ustedes limpiaron el piso con sus principios, de cómo vendieron sus conciencias. Hace tiempo sus micrófonos, sus cámaras y sus grabadoras están por los suelos, confinados por ustedes mismos y quizá hasta más dignos.
¿Qué soy masista, trabajo para el gobierno y, por lo tanto, no soy la más indicada para hablar? Yo quemé mi vida durante 13 años en salas de redacción, igual que ustedes. Renuncié a mi vida, a mis amigos, a mi familia, para cubrir las noticias.
Cuando nació mi hijo menor, Chalinet, no tenía un pañal para ponerle, porque La Prensa pagaba tarde mal y nunca, exactamente igual que ahora. Me humillaron como al colega cuando informé a Pomacusi que estaba embarazada de mi hija Abril y me trajo una enfermera a sacarme una muestra de sangre para verificar que no mentía. Por eso me fui de El Nuevo Día. Aguanté todo eso y más, si les contara, pero nunca renuncié a mi dignidad ni al periodismo. Nunca dejé que me censuraran y cuando eso sucedió, renuncié. El Escudero prefirió quedarse desempleado antes que rogar que le renovaran el contrato por otros tres meses en El Deber. ¿Y saben por qué lo despidieron? porque se negó a defenestrar a Johnny Fernández para beneficiar a Percy. ¿Y saben por qué nos vinimos a La Paz? Porque preferimos comenzar de cero antes que emplearnos para las logias. Eso es dignidad y no rasgarse las vestiduras cuando en el fondo del armario se oculta la corrupción de ustedes mismos o de otros colegas que utilizan el periodismo a cambio de un sueldo adicional de jardinero en la Prefectura de Pando.
Amo al periodismo, apasionadamente. Pero a diferencia de ustedes prefiero ponerlo al servicio de los pobres y no de los poderosos. Por eso trabajamos en crear un medio propio, dedicado a la gente a la que ustedes pretenden amordazar.
Es verdad, estoy del lado de las mayorías, pero siempre estuve ahí, eso no es reciente. Estudié periodismo porque admiraba a Luis Espinal, a mi padre y otros muchos cuya memoria desvergonzadamente ahora ustedes invocan para justificarse.
No estoy de acuerdo con lo que hizo el Presidente Evo Morales, me parece un exceso, un desatino de grandes proporciones. Pero no por ustedes, colegas, sino porque el enemigo está en otra parte. Está en las logias que los utilizan para dividir a este país y para quienes el silencio cómplice y apátrida de los trabajadores de los medios de comunicación es demasiado cómodo.
Ya que están tan indignados ¿por qué no se declaran en paro indefinido? No se preocupen por la sociedad boliviana, ella tiene de dónde informarse más y mejor. Y construye sus propias formas de comunicarse y crea sus propios medios de comunicación, mucho más fiables que ustedes y sus taimadas encuestas. La sociedad boliviana ha conquistado la libertad de expresión y el derecho a la información que ustedes le negaron durante tantos años. No en vano Evo gana una y otra y otra vez en las elecciones. Escarmienten, reflexionen, quizá todavía estén a tiempo.


Foto de aporrea.org

4 comentarios:

La Vero Vero dijo...

Así de puntual ¿o más? já!

Grande Dani, te admiro harto.

Yo creo que están/estamos a tiempo, urge trabajar en ello antes de apagar la luz e irnos.

Salud!

Daniela Otero dijo...

Vero Vero:
Fíjate que yo creo que no, que ya no están a tiempo. Ya se han separado las aguas y en una orisha están ellos, en la otra nosotros. Así de puntual.
Anoche estuvimos con Vania en el Etno. Nos preparábamos para recibirte, je.
Un abrazo.

La Vero Vero dijo...

Qué jodido...(tu diagnóstico) ojalá estés equivocada.

Qué lindo!!! (la noticia de recibirme) ojalá estén con...¿la tripa abierta? jajajajajaja

Abrazote, che. Ya nos vemos :)

Y sonrisas...

Daniela Otero dijo...

Como puerta de horno compañera. Viene el desquite.